Mantener los pies en buen estado es especialmente importante para las personas que viven con diabetes, ya que las úlceras en el pie diabético pueden infectarse fácilmente.
Esto, sumado a problemas circulatorios y daños en nervios y vasos sanguíneos, puede llevar a situaciones graves como la gangrena y, en casos extremos, la necesidad de amputación, advierte el doctor Ignacio Blanes Mompó, especialista en Angiología y Cirugía Vascular.
Revisarse diariamente los pies es una recomendación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Además, de usar el calzado adecuado.
Para elegir un calzado adecuado para personas que padecen diabetes, el equipo de especialistas y asesores de salud de TK Home Solutions recomiendan:
Calzado con puntera espaciosa
El zapato, especialmente en su parte delantera, debe tener espacio suficiente para que los dedos se muevan libremente. Si están apiñados pueden ocasionar heridas o una sudoración excesiva que favorece la aparición de hongos. Son recomendable los zapatos con punteras cuadradas o rectangulares, altas y anchas.
Comprar el número correcto
Aunque el pie necesita libertad de movimiento no conviene comprar un número mayor al que se usa, porque "bailaría" dentro del zapato y podrían formarse úlceras. Es recomendable que el modelo comprado sujete bien el pie sin presionarlo, y tenga cordones o velcro para poder graduar el agarre dependiendo de lo hinchados que estén los pies y los calcetines que se utilicen.
Descartar los zapatos abiertos
Al utilizar zapatos cerrados se evita que se introduzcan piedrecitas u otros elementos que puedan provocar una herida en los pies, que algunas personas diabéticas quizá no podrían percibir, debido a su falta de sensibilidad en esa zona.
Material de buena calidad
Es preferible elegir zapatos confeccionados en un material flexible, transpirable y de buena calidad, evitando los materiales sintéticos, que podrían favorecen el desarrollo de hongos y bacterias, que proliferan en ambientes húmedos y cálidos.
Suelas gruesas y tacón reforzado
Para proteger el pie de objetos punzantes, las suelas de los zapatos deben ser antideslizantes, y tener un grosor y dureza adecuados. Es recomendable que el tacón tenga de dos a cinco centímetros de altura y esté reforzado. Si la persona usa plantillas, debe ponérselas para probarse los zapatos.
Interior acolchado
La parte interior del zapato, especialmente por donde se introduce el pie, debe ser acolchada y sin costuras internas, para reducir la posibilidad de que se produzcan rozaduras en la piel.
Exterior de tonos claros
Los exteriores de colores claros absorben menos calor de la irradiación solar, que los de colores oscuros, evitando que los pies se sobrecalienten en verano. Si se vive en una zona con fuertes contrastes de temperatura, es aconsejable disponer de un calzado más cálido y otro más ventilado, alternando su uso.
Comprar el calzado por la tarde
Se recomienda acudir a la zapatería a partir de las cinco de la tarde, cuando el pie se encuentra más hinchado debido a que se ha caminado durante el día, evitando el riesgo de adquirir un calzado que pueda sentirse demasiado apretado al día siguiente.
Probarse los zapatos en ambos pies
Dado que dos de cada tres personas tienen un pie algo más grande que otro, al comprar calzado, hay que probarse los zapatos de ambos pies y caminar por la tienda para ver las sensaciones que causan y sentir si aprietan en algún punto.
Cabe subrayar la neuropatía diabética, una afección que afecta a cerca de la mitad de las personas con diabetes según los CDC, puede provocar daño en los nervios, reduciendo la capacidad de sentir dolor, calor o frío en los pies, lo que dificulta la detección temprana de lesiones.