El huevo, un ingrediente fundamental en la gastronomía mexicana, celebra hoy su versatilidad y aporte nutricional. Desde tamales y chilaquiles hasta huevos cocidos y revueltos, este alimento se ha convertido en un protagonista en las mesas de miles de familias mexicanas.
Sin embargo, a pesar de su popularidad, el huevo ha sufrido una mala reputación en las últimas décadas debido a la creencia errónea de que era alto en grasa y colesterol.
Hoy en día, los expertos en nutrición han desmentido este mito y lo reconocen como un alimento con un alto valor biológico y una gran biodisponibilidad.
Las 4 opciones más saludables para cocinar huevos:
- Huevos duros o cocidos: Perfectos para ensaladas, sándwiches o como snack saludable.
- Huevos escalfados o poché: Una alternativa deliciosa y baja en calorías para el desayuno o brunch.
- Huevos mollet: Con la clara cocida y la yema ligeramente líquida, ideal para acompañar con verduras o tostadas.
- Huevos al horno: Una opción versátil que se puede adaptar a diferentes recetas, como quiches o tartas.
Cómo se hacen los huevos menos saludables
Entre los métodos de cocción que se deben evitar para mantener la salud, destacan los huevos fritos. Aunque se utilice aceite de oliva de alta calidad, la fritura aumenta la cantidad de grasas saturadas, comprometiendo su valor nutricional. Alternativamente, cocinar los huevos a la plancha con poco o ningún aceite es una opción más saludable.
Asimismo, preparaciones como las tortillas y los huevos revueltos tienden a incorporar grasas adicionales durante su elaboración.
Las tortillas, al requerir aceite para evitar que se peguen, pueden añadir calorías innecesarias a la receta, especialmente si se incluyen ingredientes como queso u hortalizas fritas.
De manera similar, los huevos revueltos suelen necesitar grasa para su cocción, lo que puede aumentar su contenido calórico si se agregan ingredientes como mantequilla o crema.