Guillermo Martínez sonríe en Cantera.
Su voz es amable y ríe cuando recuerda que su familia y amigos más cercanos le dicen ‘Memito’, pues su 1.93 de estatura contrasta claramente con el apodo. Hoy vive los frutos de ser el referente del ataque de Pumas, pero es consciente de todo el trabajo que hizo y las dificultades por las que pasó.
En el tema futbolístico y personal, el ‘Comandante’, ‘Memote’ o ‘Memomandante’-como lo apodan- pasó de todo. Jugó en el extinto Ascenso/Expansión, pasó por franquicias que ya no existen, sufrió falta de pagos y “oportunidades reales” y fue relegado en varias ocasiones. Además, pasó sucesos familiares y personales que lo llevaron al extremo.