A la fecha se vive esta experiencia en la ciudad.
Hace 40 años jamás se pensó ver anuncios de “¡Peligro Venados!” como en Texas. Ahora la población de venado Cola Blanca ha crecido exponencialmente, que ahora los ves saliendo de las ciudades a 10 minutos en carretera.
Juan Guadalupe Garza Menchaca, acepta que ahora hay venados hasta en los ejidos. Antes se observaban lejos de las áreas pobladas, solo en ranchos entre la sierra o en el desierto.
Conteo. Pese a que cada verano se realiza un censo poblacional a cargo de biólogos especializados.
El coordinador regional de la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila SEMA, explicó que hay tres factores claves, y los enumeró
El económico. En la década de los 70s un norteamericano, Jerry Johsnton, difundió en una revista de cacería de mucha circulación, a lo que llamó los “monstruos” del Norte de Coahuila, y cientos comenzaron a cruzar a México a cazar.
Entonces se le puso precio a la pieza, vieron el negocio. Y no cualquier persona tiene para pagar 2 o 3 mil dólares por cornamenta.
“Luego se comenzó a cebar al animal con comida para sacarlos del monte mediante comederos. Y los cazadores se dieron cuenta que, suplementando esos venados en el verano y con lluvia, las venadas comenzaron a parir hasta dos crías”, indicó.
Eso hizo crecer la población de venado paulatinamente y ahora es enorme, se pueden ver cada vez más cerca de las ciudades.
Vigilancia. En la zona hay mucha vigilancia, pero no de la vida silvestre, sino por otros aspectos.
Ahora transportar un arma para cazar y con la sobrevigilancia de tanta autoridad, Ejército, Guardia, policías municipales y estatales y ahora la Marina, la gente que cazaba furtivamente, la piensa par salir con un arma. Las penalidades van desde los 30 años de prisión por un arma de fuego. En Piedras Negras existe entre 400 y 500 cazadores, pero ha bajado el número, por esos tres factores.