Pero tanto el máximo goleador histórico del club como el actual entrenador tienen motivos suficientes.
Nadie da por cerrado el conflicto entre el entrenador del PSG, Luis Enrique, y su capitán, Kylian Mbappé, pero ambas partes parecen haber alcanzado una tregua frente a la decisiva cita de octavos de final de la Liga de Campeones del próximo martes en San Sebastián contra la Real Sociedad.
El rifirrafe del pasado viernes en Mónaco, cuando el entrenador cambió al jugador durante el descanso sin darle explicaciones y este, en lugar de seguir el partido en el banquillo acudió al palco junto a su madre, dejó claro que hay tensión en el ambiente.
Pero tanto el máximo goleador histórico del club como el actual entrenador tienen motivos suficientes como para tratar de sacar el máximo partido a esta situación.