Estos más de tres meses que tuvieron todos los rivales para acercarse a la escudería austriaca no fueron suficientes.
En el arranque de la nueva temporada de Fórmula 1, Red Bull logró algo impensado, hacer que 97 días parecieran apenas siete o 14, porque entre el 26 de noviembre, fecha del último Gran Premio del 2023 en Abu Dabi con triunfo del neerlandés Max Verstappen y el 2 de marzo de 2024 en Bahréin, con el mismo resultado, el tiempo pareció detenerse en el serial.
Estos más de tres meses que tuvieron todos los rivales para acercarse a la escudería austriaca no fueron suficientes y lo sucedido en Sakhir pareció una continuación de la campaña anterior, en la que el tricampeón ganó 19 de 22 eventos, sólo para comenzar el año de nuevo en lo más alto del podio.
Aquella tarde de noviembre en Yas Marina, Verstappen se impuso con casi 18 segundos de ventaja respecto al monegasco Charles Leclerc (Ferrari), 20 al británico George Russell (Mercedes) y poco más de 21 sobre su compañero, el mexicano Sergio Pérez; ahora en Bahréin le sacó 22.4 a Checo, 25 al español Carlos Sainz (Ferrari) y 39 a Leclerc para la desilusión de quienes deseaban un 2024 más parejo en F1.