Este domingo se presentó el libro “Por una fiesta que acallan: Coros Taurinos" con la presencia de los matadores Francisco Dóddoli y Fernando Ochoa
El “pueblo taurino” no necesita defensa, más bien, una afición devota y libertad. Así lo aseguró Carlos Mora Álvarez, quién es compilador del libro "Por una fiesta que acallan: Coros Taurinos".
La tauromaquia dividió a la sociedad mexicana. Así como hay activistas que marchan bajo las consignas de “Torero, trabaja, la violencia no es ganancia” y “Esa Plaza [México] se va a caer”, también hay un sector importante de la población que protege a la Fiesta Brava.
Durante la presentación del libro, el matador Francisco Dóddoli —quien también es representante ejecutivo de la Asociación Nacional de Matadores— habló sobre los “ataques” que, recientemente, han acompañado a las personas involucradas en las corridas de toros.
"El estilo de ellos es enfrentarnos con violencia. […] No bajemos la guardia, defendamos nuestra fiesta", puntualizó.
Dóddoli recordó la manifestación antitaurina del pasado 28 de enero, cuando la Plaza México reabrió sus puertas después de seiscientos días sin corridas de toros. Pedradas, salsa roja que simulaba la sangre de los toros, gritos de “asesinos”; así lo recapituló el matador michoacano.
"La violencia, en estos tiempos, es lo menos recomendable. […] Les pediría, simplemente, que se informen más a fondo desde que nace un toro, hasta que llega a la Plaza", sentenció para EL UNIVERSAL Deportes.
Por ello, “Paco” Dóddoli se mostró contento con la publicación de “Por una fiesta que acallan: Coros Taurinos". Especialmente, porque para el “pueblo taurino” representa una herramienta para que “vuelva la fiesta de toros en todas las partes de México" y las personas, de poco en poco, se acerquen a las corridas, dando paso a una afición más grande.
A la presentación también acudió el matador Fernando Ochoa, quien defendió la “tradición” taurina y confesó que estaba orgulloso de la compilación de voces en el libro.
Mientras tanto, ambos bandos continúan con la defensa de sus posturas. Por un lado, aquellos que se manifiestan contra las corridas en la Plaza México y por el otro, aquellos que lo consideran como un arte.