Familias completas llegan a Monclova y Frontera junto con sus hijos menores para tratar de llegar a EU.
Milagros Yerena estalló en llanto al ser sorprendidos por Protección Civil y creían que los iban a detener, pero en realidad, los ayudaron a trasladarlos al refugio de la iglesia del Verbo Encarnado en Frontera.
Milagros dijo que está desesperada porque tienen un mes padeciendo abusos, robos y demás en el recorrido por México, porque no les permiten comprar pasaje de autobús para llegar a la frontera ni pueden pagar un hospedaje, pese a que ellos traen dinero para solventar el viaje.
Éxodo. El grupo de casi 20 migrantes son dos familias con ocho niños, entre hijos y nietos de Milagros, procedentes de Venezuela de donde partieron por la difícil situación económica de su país.
En Monclova y Frontera, los migrantes continúan llegando a la ciudad, como los venezolanos, quienes descendieron del tren procedente de Torreón.
"Nosotros no queremos estar molestando a nadie, nosotros queremos seguir nuestro camino, pero ¿cómo? no nos quieren vender boletos o nos lo venden y luego no dejan montarnos en los autobuses, entonces, si uno trata de buscar otras vías, también se nos trunca, es como si usted quiere entrar a su casa, pero están todas las puertas cerradas", expresó Yerena.
Comentó que en Venezuela todos los adultos trabajaban, ella, en lo particular, era empleada de una maquiladora, pues es costurera, pero lo poco que le pagaban y la situación económica de su país, los obligó a salir de ahí para llegar a Estados Unidos, donde tienen familiares y poder mejorar su vida y la de sus hijos.
Encabezados por Ángelo Grimaldo, director de Protección Civil, el personal de la dependencia llevó a los migrantes a la parroquia del Verbo Encarnado, en Frontera, para recibir apoyo y pudieran descansar, asearse y comer para continuar su camino hacia la frontera y crucen a Estados Unidos.