La modernidad acabó con la "magia" de los rollos y el revelado rápido y cada vez son menos las personas que imprimen sus fotografías, simplemente las guardan en sus celulares o computadoras.
Cuando pasamos de los rollos y el revelado a las cámaras digitales y celulares, comenzó el robo de la memoria, de la historia, los recuerdos y comienza la sombra del olvido.
Y aunque parecía que todo era ventaja, la transformación de la era digital acabó con la magia del pasado, de las fotografías impresas, de la desaparición de álbumes con imágenes y remembranzas del pasado, presente y futuro.
Con ello se acelera la ausencia de reuniones familiares en salas de casa con sus murales en pared llenos de recuerdos de imágenes.
Se está perdiendo la identidad con el paso de la modernidad.
Se olvida que imprimir puede ser más seguro que almacenar archivos digitales, que son más factibles de borrarse que las propias imágenes en papel fotográfico.
Luis Alberto De León “La Cana”, fotógrafo por cinco décadas y propietario de “Foto Flash”, lamenta que ahora se documenta todo a través de selfies y fotos de los amigos, viajes e incluso las comidas, en celulares, que se vuelve de uso común hasta en las nuevas generaciones.
En unos cuantos años las impresiones por rollos bajó hasta un 90 por ciento y la tendencia es que van a desaparecer.
Magia del revelado. Simplemente desapareció de la noche a la mañana por el uso de las cámaras, celulares y computadoras.
Como nadie usa rollos o son pocos, entonces el revelado rápido se convierte en un mal negocio.
Los químicos se descomponen al tercero o cuarto día y son caros.
Para que sea negocio debemos revelar entre 30 o 50 rollos… y muy apenas son dos y a veces tres.
Ahora se tienen que enviar los rollos a Monterrey e imprimir las fotos allá, aquí también se puede, pero cada vez menos.
Se pierde la historia. Ahora la gente toma sus fotos con celulares y las guarda, la mayoría no imprime.
Duran cierto tiempo en celular, pero, no toda una vida si se imprime.
De León lamenta que muy pronto ya no habrá reuniones en las salas de casas para acordarse de nuestros difuntos o la graduación o algún evento importante en la familia.
Las mismas abuelitas usan celular ahora.
Y se pregunta: ¿cuándo fue la última vez que estuvieron frente al mural de casa en reunión familiar?
Siempre será mejor. Para Raúl Fernández, propietario de un Revelado en el Centro Histórico, “es mejor estar hojeando y viendo las fotos impresas en un álbum, que estar pasándolas por celular”.
Y sostiene que siempre será mejor una cámara profesional de rollo o digital que tomar fotos con celulares.
Salvo algunos de Gama Alta que son buenos, pero no se comparan.
Lo digital es lo moderno. Él aprendió a trabajar en el revelado de rollos con químicos, pero se modernizó y ahora imprime todo lo digital.
Hay gente que imprime sus fotos digitales, pero nada que ver con el pasado, era un mejor negocio.
Imprimían imágenes de una reunión, de sus eventos familiares, de la visita de un pariente, de un carro nuevo, de una casa, una mascota.
Ahora se guardan en los celulares o computadoras y allí se quedan hasta que se borran y pierden.
Lo digital es lo de ahora, y no hay vuelta atrás.
José Rivas, fotógrafo profesional por cuatro décadas, muestra un “bonche” de fotos que no ha podido vender desde diciembre.
La gente ordena pocas fotos y luego no las compra porque las tiene en el celular.
Así que tenemos que insistir para vender.