Milagros Yerena estalló en llanto al ser sorprendidos por la policía municipal y creían que los iban a detener, pero en realidad, los ayudaron a trasladarlos al refugio de la iglesia del Verbo Encarnado en Frontera.
Milagros dijo que está desesperada porque tienen un mes padeciendo abusos, robos y demás en el recorrido por México, porque no les permiten comprar pasaje de autobús para llegar a la frontera ni pueden pagar un hospedaje, pese a que ellos traen dinero para solventar el viaje.
El grupo de casi 20 migrantes son una familia con alrededor de 5 a 7 niños entre hijos y nietos de Milagros, procedentes de Venezuela de donde partieron por la difícil situación económica de su país.
En Monclova y Frontera, los migrantes continúan llegando a la ciudad como los venezolanos quienes descendieron del tren procedente de Torreón.