Grupo de migrantes observan un río con mucha agua y una alambrada de púas que desanima a cruzar a Estados Unidos en busca del sueño americano.
Pese a los operativos de contención de migrantes en todo el Estado, siguen arribando grupos a esta frontera con la esperanza de cruzar a los Estados Unidos, pero al menos por ahora, no son buenos tiempos por el doble cerco que desalienta, que entristece: un río Bravo crecido y kilómetros de alambrada de púas.
Cifras del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) revelan que cerca de medio millón de extranjeros cruzaron a Texas en 2023, con una cifra histórica de aseguramientos de 8,000 en 24 horas en toda la frontera con México.
Son miles. Solo por Coahuila se estiman procesamientos de más de 180 mil migrantes, la mayoría por Eagle Pass, y siguen cruzando, pero en menor cantidad. Observan ensimismados. Un grupo de cinco adultos hombres miraban hacia el horizonte absortos. Estaban en el Mirador del Paseo del Río y desde allí se observaba todo el panorama del “Shelby Park”.
Desisten. ¿Qué ven? Se les cuestionó y la respuesta fue “nuestro sueño”.
Oscar Moreno y sus compañeros atizbaban atentos el río Bravo como buscando un lugar por donde cruzar, pero no había, al menos no por ahora. Sus miradas subían por la ribera del río y se encontraban con un muro de cuatro líneas de púas sobre contenedores.
Shelby con vida. Al fondo una febril actividad de la Guardia Nacional, docenas de unidades militares, patrullas y un campamento grande donde dormitar.
En el río dos lanchas patrullaban las aguas en busca de migrantes para desanimarlos o asegurarlos, incluso para salvar sus vidas.
En el aire un helicóptero tomahawk sobrevolaba la zona para encargarse de la rotación de militares. En el Paseo del Río, los cinco adultos entendieron el mensaje. Se dieron vuelta hacia su vehículo, con placas de cartón, y se alejaron. Eran mexicanos que arribaron a Piedras Negras en busca de su sueño.
"Quizá por otro lugar se pueda, por aquí ni pensarlo, si no te ahogas están las púas y luego los soldados", dice don José Natividad.
Era otro día más en el Shelby Park en Eagle Pass, Texas, y una rápida mirada de cinco adultos que por ahora desistieron de retar el doble cerco. Abajo el agua del Bravo continuaba con su carrera hacia el Golfo de México, mientras la Guardia Nacional cambiaba turno para patrullar los 4 kilómetros de la ribera del río Bravo, desde el Shelby Park pasando por debajo de Puentes hasta la reserva del "Kickapoo".
Esporádicamente, una camioneta de la Border Patrol se acercó al embarcadero para descargar el aerobote y recorrer el río para brindar auxilio a quien lo necesite, pero también para vigilar.
Muralla impenetrable. Desde finales de 2021, el gobierno de Texas implementó el Operativo "Lone Star", para contener a migrantes al cruzar el río y durante acciones en carreteras y áreas despobladas. Ese mismo año comenzó a instalar más de 100 contenedores a lo largo del área urbana en la ribera.
Más tarde formó caravanas de vigilancia con los patrulleros del Departamento de Seguridad Pública de Texas DPS. En 2022 habilitó a la Guardia Nacional para patrullar la zona y contener a todo migrante que cruzó desde México.
Meses después comenzó a instalar una línea de alambre de púas al borde del Río. Ante la primera gran oleada de migrantes, sobre todo de Venezuela y Centroamérica, construyó una segunda y tercera línea de púas y habilitó otra más sobre los cientos de contenedores metálicos. En 2023, el gobernador Greg Abbott ordenó la instalación de una valla de boyas dentro del río, lo que causó reacciones en contra en todo el mundo.
Dos invasiones. En septiembre de 2021, Texas fue "invadido" por miles de haitianos, que cruzaron todo el país, llegaron a Coahuila y se refugiaron debajo del Puente Internacional en Del Río, frontera con Ciudad Acuña.
Entre octubre y diciembre de 2023, más de 20 mil venezolanos cruzaron por Piedras Negras hacia Texas, lo que obligó a Aduanas y Protección Fronteriza CBP a dejar módulos en Puentes para apoyar en el aseguramiento y procesamiento de los migrantes, y con ello se cerró el Puente Uno y el Puente Ferroviario.
Disminuye flujo. Desde finales de diciembre del año pasado, el gobierno mexicano comenzó a deportar en aviones a cientos de extranjeros que no documentaron una legal estancia y los regresaron a sus países de origen.