La cantante estadounidense sufrió el partido como una aficionada más
Los Chiefs de Kansas City se proclamaron campeones del Super Bowl por cuarta ocasión en su historia, la tercera desde que Patrick Mahomes llegó a revolucionar el futbol americano y desde luego, Taylor Swift festejó el triunfo como una aficionada más.
En uno de los palcos del Allegiant Stadium, Taylor Swift se mordía las uñas, buscaba consuelo en sus compañeras y gritaba cada anotación o gol de campo como si fuera el último.
Finalmente, con segundos en el reloj, Mahomes demostró por qué es uno de los mejores de la historia y le entregó el triunfo a Kansas City.
Desde luego, la multi ganadora de los Grammys enloqueció y se abrazó con todo el mundo en medio de gritos y festejos.