Eso es algo que vivió de primera mano el receptor abierto de los San Francisco 49ers, Brandon Aiyuk.
Aiyuk fue escogido con la vigésima selección en la primera ronda del draft del 2020, y había grandes expectativas sobre el prospecto de Arizona State.
Sin embargo, en 2021, su carrera pareció tomar un giro para lo peor, cuando su entrenador en jefe Kyle Shanahan, decidió relegarlo a un rol menor.
Inmediatamente se temió que Aiyuk había sido una “mala” decisión, y desde afuera parecía que no era santo de la devoción de Shanahan.
“Creo que desde afuera es fácil sacar conclusiones prematuras”, explicó Shanahan. “Aiyuk nunca estuvo en mi lado malo, simplemente lo estaba entrenando para que pueda ser la mejor versión de sí mismo”.
Y después de una temporada 2021 en la que sufrió al inicio y levantó en la segunda mitad, Aiyuk tomó nota y “trabajó más duro que nunca en su vida” en esa temporada baja, para seguir evolucionando a la versión de receptor abierto que es hoy.
En el 2022, terminó el año con 78 recepciones para 1,013 yardas y ocho touchdowns, y eso sería apenas el comienzo de una evolución sostenida.