Un recorrido de nuestro reportero revela que se están reforzando.
En un reto directo al fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos, el gobernador Greg Abbott y el Departamento de Seguridad Pública han intensificado la presencia de alambrada de púas a lo largo del río Bravo, en la frontera con Coahuila. A pesar de la autorización del Tribunal para retirar estas barreras, un recorrido de nuestro reportero revela que no solo no se están retirando, sino que se están reforzando.
La orden del Tribunal, emitida el 22 de enero de este año, instaba a los agentes de la Patrulla Fronteriza a retirar el alambre de púas que se había instalado como medida para contener el ingreso de migrantes al país estadounidense.
Auténtica. Sin embargo, las acciones recientes muestran un aumento en la construcción de una especie de malla alta con púas sobre la alambrada existente, utilizando maquinaria para establecer lo que puede describirse como una auténtica barricada.
Este refuerzo de las medidas de seguridad en la frontera ha transformado drásticamente la dinámica migratoria. Desde enero, cuando se intensificó la vigilancia en ambos lados de la frontera, el número de migrantes asegurados en Eagle Pass ha experimentado una disminución significativa, pasando de 5 a 7 mil diarios en diciembre a menos de 300 en febrero.
Medidas. Esta caída abrupta plantea preguntas sobre la efectividad de estas medidas, así como su impacto en la situación humanitaria de aquellos que buscan ingresar al país. Mientras la controversia legal y la resistencia persisten, la acción unilateral del gobierno estatal subraya las tensiones actuales en torno a la política fronteriza y plantea interrogantes sobre la implementación de decisiones judiciales en un contexto político cada vez más complejo.