Era el último sobreviviente de la zona luego de haber cerrado el Teatro Arlequín
Por órdenes sindicales, el icónico Teatro de la República en la zona centro de la Ciudad de México, cerró esta semana sus puertas de manera definitiva.
Esta mañana, por medio de un comunicado de prensa, se indica que aún se desconoce el futuro del inmueble propiedad del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México.
“Es una realidad de que el terreno, que comprende tanto el teatro como el edificio cerraron sus operaciones está semana, instrucción girada por el mismo sindicato”, señala el texto enviado por la agencia de difusión del productor Miguel Alonso, quien tenía a su cargo la administración del reciento.
Las más recientes obras presentadas fueron “El diablo tiene otros datos” y “Pachecas a Belén”, ambas en diciembre y producidas por Alonso.
“Cerraron su temporada con localidades agotadas”, indica.
El Teatro de la República se encuentra a unos cuantos metros del cruce de Insurgentes y Reforma, siendo hasta esta semana el último sobreviviente de la zona luego de haber cerrado el Teatro Arlequín.
Teatro de la República, una tradición
Inaugurado en 1967, en el inmueble se presentaron obras como “Don Juan Tenorio”, “La Casa de Bernarda Alba” y “La sombra”.
La llegada de la pandemia por el Covid-19 y el cierre de eventos públicos, fue aprovechado para remodelar el teatro y reabrirlo en 2021.
Apenas en noviembre pasado, Alonso lamentó la falta de apoyo gubernamental para espacios teatrales.
“No logro entender que en este país no se esté regulado que los teatros no se pueden cerrar, ni convertir en un centro comercial o en cines. Las nuevas generaciones poco conocen de la tradición teatral en la Ciudad de México, al Carranza lo cerraron, no conozco el trasfondo, y está bien porque (los dueños) deciden, pero no sé dónde están las autoridades para hacer algo”, subrayó.
El comunicado indica que las obras que se tenían programadas para el mes próximo, ya encontraron otras sedes: “Hércules, un héroe de leyenda” tendrá como casa al Teatro Enrique Lizalde, mientras que “Pachecas después del funeral”, el Teatro Rafael Solana del Centro Cultural Veracruzano.