En un partido atípico al que nos tiene acostumbrados el Girona, los de Míchel no supieron encontrar en ningún momento su ritmo y control de juego ante un Almería que salió decidido a reivindicarse en busca de la primera victoria de la temporada.
La exigencia del calendario y de las lesiones obligaron al técnico madrileño a rotar sobre todo en ataque, dejando a Sávio y Tsygankov en el banquillo y apostando por dar de nuevo entrada en el once a Valery y Pablo Torre. No fue su mejor día, al igual que tampoco lo fue para el resto de sus compañeros, a excepción de un gran Gazzaniga que mantuvo con vida a su equipo salvando las acometidas de los locales.
Empezó tímido el encuentro y por mucho que intentaba enlazar jugadas el Girona no conseguía romper un guión monótono en el que los de Garitano se encontraban cada vez más cómodos. Fue el cuadro indálico quien lo intentó primero con un disparo lejano que obligó a volar por primera vez al guardameta argentino.
Parecía que era el punto de inflexión para qué despertará un Girona que lo probó con un tímido disparo de Blind desde la frontal, que lejos de ser el inicio de la reacción, terminaría siendo el único intento con algo de peligro en todo el partido. Fue el Almería quien a partir de entonces volvió a tomar el timón del partido y llegó a merecer el gol.
Primero, con una ocasión inmejorable que Arribas envío fuera incomprensiblemente cuando Embarba llegaba para empujarla a placer, y luego, con un nuevo disparo de Arribas que volvió a exigir la intervención de Gazzaniga.
El Girona llegaba al descanso de la mejor manera posible tras lo sucedido en los primeros 45 minutos y con claras esperanzas de reencontrarse tras el intermedio.
Sin mejora
Pero nada más lejos de la realidad. Ya en la primera jugada del segundo tiempo, Baptistao avisaba que el guión seguía siendo el mismo y obligaba a Míchel a echar mano del banquillo dando entrada a Stuani, Sávio y Tsygankov.
Tampoco surtieron efecto los cambios aunque consiguieron neutralizar el dominio local sobre el césped, aunque sin acercarse lo más mínimo al nivel habitual de los de Míchel. Eran los de Garitano los únicos que se acercaban a la portería contraria. El Almería se resignaba a encontrar la primera victoria pese a dominar al mejor equipo de la primera vuelta y parecía que el físico empezaba a hacer mella.