Obispos de México y EU aplauden esfuerzos de ambos países, pero dicen, son insuficientes.
Obispos de México y de Estados Unidos externaron su preocupación de que los migrantes sean víctimas de las organizaciones criminales, así como de la corrupción y complicidad de algunas autoridades.
“Nos preocupa el tráfico y la trata de personas, el desplazamiento forzado, las detenciones y las deportaciones sin respeto al derecho de aquellos que buscan protección internacional, la persecución constante y la criminalización de la que son objeto, la falta de traductores competentes para los procedimientos a los que se sujetan, la discriminación, la invisibilización, la soledad, la nostalgia, el secuestro, la desaparición y tantas situaciones que los quejan”, señalaron.
En el mensaje Unidos construyendo el futuro con los migrantes, los prelados de ambas naciones pidieron a sus gobiernos incrementar y simplificar la concesión de visados, abrir corredores humanitarios seguros y legales, ofrecer un alojamiento adecuado y decoroso, dar a los migrantes libertad de movimiento y la posibilidad de trabajar y proteger a los menores de edad, entre otras demandas.
Dijeron que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) considera la frontera entre ambos países como la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo, con 686 migrantes fallecidos o desaparecidos en 2022, en la línea divisoria.
Anualmente más de 300 mil personas son víctimas de trata de personas en el estado de Texas.
“Es alarmante el número de migrantes que son rescatados de los camiones de carga en los que estaban siendo transportados. Lamentablemente, muchos han muerto”, señalaron.
De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas y Secretaría de Gobernación de enero a febrero de 2023 entraron 6.1 millones de personas extranjeras a México, es decir, 37.5% más respecto al mismo periodo de 2022.