Las acciones incluyen la realización por parte de la FAA de una auditoría que involucra la línea de producción del Boeing 737-9 MAX.
La Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés) estadounidense apuntó que implementará "importantes acciones" para aumentar de inmediato su supervisión de la producción y fabricación de Boeing, un día después de anunciar la apertura de una investigación a la compañía.
Las acciones anunciadas incluyen la realización por parte de la FAA de una auditoría que involucra la línea de producción del Boeing 737-9 MAX y a sus proveedores para evaluar el cumplimiento de Boeing con requisitos de calidad.
"Los resultados del análisis de auditoría de la FAA determinarán si son necesarias auditorías adicionales", apuntó la FAA, unos días después del incidente ocurrido el pasado sábado con un 737-9 (MAX) de Alaska Airlines, del que se desprendió parte del fuselaje en pleno vuelo.
"Es hora de reexaminar la delegación de autoridad y evaluar cualquier riesgo de seguridad asociado", dijo el administrador de la FAA, Mike Whitaker.
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La paralización del 737-9 y los múltiples problemas relacionados con la producción identificados en los últimos años, agregó, "requieren que analicemos todas las opciones para reducir el riesgo".
El jueves, la FAA notificó formalmente a Boeing que está llevando a cabo una investigación para determinar si la empresa no garantizó que los productos terminados cumplieran con su diseño aprobado y estuvieran en condiciones de operar de manera segura en conformidad con las regulaciones de la FAA.
El miércoles, el Gobierno de Estados Unidos ordenó la inmovilización de todos los aparatos Boeing 737-9 (MAX) "hasta que sean seguros".
Varias compañías, como la propia Alaska y United Airlines, ya habían suspendido vuelos operados con esos modelos.
El 29 de diciembre del año pasado, antes del incidente de Alaska Airlines, la FAA y Boeing instaron a las aerolíneas a inspeccionar sus 737-9 (MAX) en busca de alguna pieza suelta.
Tanto Alaska como United han reconocido que en las primeras inspecciones realizadas a sus aparatos han encontrado tornillos y otros componentes sueltos.
El aparato de Alaska Airlines que sufrió el incidente perdió a casi 5 mil metros de altura el panel con el que se había sellado un hueco diseñado para alojar una puerta adicional de emergencia, una medida habitual en aviones que realizan trayectos con poca densidad de pasaje.
El avión se vio obligado a volver a la ciudad de Portland (Oregon), de donde había despegado, pocos minutos después de alzar el vuelo y sin que se produjeran heridos graves.
Tras lo sucedido, la FAA inmovilizó 171 aeronaves 737-9 (MAX), lo que ya ha supuesto cancelaciones de numerosos vuelos.