Los alimentos ultraprocesados son alimentos y bebidas que se han sometido a tipos específicos de procesamiento de alimentos, generalmente por parte de corporaciones transnacionales y otras grandes corporaciones de alimentos.
En el camino hacia una alimentación más saludable en el nuevo año, es esencial comenzar por reducir el consumo de ultraprocesados. Estos productos, altamente industrializados, a menudo pasan desapercibidos en los estantes del supermercado, disfrazándose de opciones saludables. Para ayudarte a identificarlos fácilmente y mejorar la calidad de tu dieta, aquí te dejamos nueve señales de alerta.
Los alimentos ultraprocesados se han vuelto cada vez más populares en los últimos años, debido a su conveniencia, sabor y bajo precio. Sin embargo, también están asociados con una serie de problemas de salud, como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer.
Por ello, es importante limitar el consumo de alimentos ultraprocesados y optar por alimentos frescos, enteros y mínimamente procesados.
Más de tres ingredientes:
Cuanto más alterado es un alimento, más ingredientes suele tener. Opta por productos con listas de ingredientes más cortas, priorizando versiones básicas como pan o yogur sin una larga lista de aditivos.
Espesantes, estabilizantes y emulsionantes:
La presencia de aditivos como lecitina de soja o carragenano indica procesamiento industrial. Estos componentes, utilizados para mejorar la textura y conservación, son características clave de los ultraprocesados.
Azúcares o edulcorantes añadidos:
Los ultraprocesados a menudo contienen azúcares o edulcorantes para hacerlos más adictivos. Evita productos con jarabe de maíz, azúcar de caña o siropes que añaden dulzor innecesario.
Ingredientes terminados en "osa":
Sacarosa, maltosa, dextrosa, o cualquier componente que termine en "osa" señalan azúcares añadidos. Identificar estos elementos es crucial para evitar productos perjudiciales para la salud.
Azúcares artificiales o falsos:
Edulcorantes como aspartamo, sucralosa o sacarina son indicadores de ultraprocesados. Su presencia busca enmascarar sabores desagradables generados por conservantes y otros aditivos.
Envase con publicidad llamativa:
Los ultraprocesados a menudo emplean envases atractivos con mensajes engañosos. No te dejes llevar por lemas llamativos; revisa cuidadosamente la lista de ingredientes antes de comprar.
Promesas bajas en azúcar:
Los productos "reducidos en azúcar" pueden contener edulcorantes artificiales en lugar de azúcares. Ambos aspectos indican baja calidad nutricional, así que mantente alerta.
Instantáneos o listos para consumir:
Alimentos diseñados para ser consumidos rápidamente suelen ser ultraprocesados. Opta por preparar tus comidas en casa con ingredientes frescos para evitar aditivos innecesarios.
No apto para reproducirlo en nuestra cocina:
Si no puedes replicar un producto en casa debido a ingredientes inusuales, probablemente sea un ultraprocesado. Da preferencia a alimentos que puedas reconocer y utilizar en tu propia cocina.
Al tener en cuenta estas señales de alerta en tu rutina de compras, estarás mejor equipado para tomar decisiones informadas sobre tu alimentación y construir hábitos más saludables en este nuevo año. Recuerda, la clave está en conocer lo que consumes y optar por opciones más cercanas a su estado natural.