En pocos campos, como el de la medicina reproductiva, el paso del tiempo influye tanto en los resultados.
Mientras existe tendencia a que las mujeres retrasen la edad de la maternidad por razones sociales, culturales y económicas (p. ej., entre 1990 y 2019 en Estados Unidos la tasa de mujeres de 20 a 24 años que dieron a luz descendió 43%), la biología es implacable: las probabilidades de concebir naturalmente cada mes descienden de 25% entre los 18 y 25 años a 15% entre los 30 y 34, 10% entre los 35 y 39 y a 5% entre los 40 y 44. Por otro lado, factores ambientales y del estilo de vida también están dejando una marca en la fecundidad humana, lo cual agrava el problema.
En ese contexto, la industria de la reproducción asistida, que hoy propicia menos de 0,5% de todos los nacimientos en el mundo, podría crecer cerca de 50% entre 2021 y 2030, incrementando su participación no solo en países desarrollados.
¿Cuáles son las herramientas emergentes o más consolidadas y los avances que ofrecen los centros especializados para aumentar las probabilidades de un embarazo y parto exitosos después de los 35 años? ¿Cuáles todavía deben recorrer un camino para confirmar sus promesas? A continuación se muestran 5 probabilidades (criopreservación, transferencia de embriones mosaico, inteligencia artificial, intervenciones sobre el microbioma y transferencia de un solo embrión) que además de otras estrategias, como la ovodonación y los vientres subrogados, amplifican las perspectivas de maternidad en ese rango etario o podrían hacerlo en el corto plazo.