Las arterias endurecidas son casi dos veces más comunes en los noctámbulos que en los madrugadores, muestra un estudio reciente.
Alrededor de dos de cada cinco personas (un 40 por ciento) que se quedan despiertas hasta muy tarde tenían arterias severamente endurecidas, en comparación con un 22 por ciento de las personas que se despiertan temprano, según el informe publicado en la revista Sleep Medicine.
"El ritmo circadiano individual también parece ser un factor de riesgo importante para la aterosclerosis", señaló el autor principal del estudio, Ding Zou, investigador de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia.
Además, los hallazgos indican que "los ritmos circadianos son más significativos al principio del proceso de la enfermedad", añadió Zou en un comunicado de prensa de la universidad. "Por lo tanto, debe considerarse especialmente en el tratamiento preventivo de las enfermedades cardiovasculares".
Investigaciones anteriores han mostrado que las personas con hábitos nocturnos tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, pero este es el primer estudio que muestra que los ritmos de sueño se relacionan con un factor de riesgo específico de la salud cardiaca, señalaron los investigadores.
En el estudio, el equipo analizó datos de casi 800 hombres y mujeres de entre 50 y 64 años que participaban en un estudio de imágenes a gran escala de enfermedades del corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos.
Los participantes se clasificaron en uno de cinco grupos en función de su "cronotipo", la inclinación natural a dormir a una hora determinada.
Estos grupos se clasificaron como mañana extrema, mañana moderada, intermedia, tarde moderada o noche extrema.
Las tomografías computarizadas mostraron que los noctámbulos tenían casi el doble de aterosclerosis que los madrugadores, incluso después de tener en cuenta otros factores de salud cardíaca como la presión arterial, el colesterol, el peso, el ejercicio, el estrés y el tabaquismo.
La aterosclerosis implica depósitos de grasa que se acumulan en el interior de las arterias, obstruyendo el flujo sanguíneo.
"Nuestros resultados indican que el cronotipo vespertino extremo podría vincularse no solo con una peor salud cardiovascular en general, sino también, más específicamente, con la calcificación en las arterias coronarias, la calcificación y la aterosclerosis", señaló el investigador principal, Mio Kobayashi Frisk, estudiante doctoral de la Universidad de Gotemburgo.