El primer verso de la canción "Always on my mind", interpretada por Elvis Presley en 1972 y parte del álbum "Separate Ways", fue dedicado a su amor, Priscila Presley. Este gesto tuvo lugar cinco años antes de que el Rey del rock 'n' roll falleciera por una sobredosis en Las Vegas.
La pareja más famosa del momento decidió poner fin a su matrimonio de seis años en 1973, un año después del lanzamiento de la canción, iniciada su relación cuando Elvis, de 24 años, conoció a la adolescente de 14 años Priscilla en una fiesta familiar en 1959. Elvis quedó cautivado por la belleza de Priscilla y su semejanza con su difunta madre. A lo largo de los años, la relación de Elvis con su joven esposa trascendió lo meramente romántico, impactando profundamente su matrimonio, carrera y la vida de la hija de James y Ann Wagner.
El encuentro entre Elvis y Priscilla tuvo lugar cuando el ídolo estadounidense servía como soldado en Alemania, donde la familia Wagner residía desde hace años. A pesar de la oposición inicial de los padres de Priscilla, la relación entre ambos se intensificó y Elvis decidió llevarse a su esposa a Estados Unidos. El 1 de mayo de 1967, la pareja contrajo matrimonio y, en febrero de 1968, nació su única hija, Lisa Marie Presley, quien falleció el 12 de enero de 2023. La vida de Priscilla, llevada a la gran pantalla por Sofia Coppola en su película homónima, ofrece una visión íntima y detallada de los tormentos que vivió, más allá de la percepción pública de amor y felicidad. Sin embargo, la realidad dista de lo que la película muestra.
En una entrevista con el medio Loose Women en 2016, Priscilla Presley reveló que no se divorció de Elvis por falta de amor, sino porque necesitaba experimentar el mundo más allá del matrimonio. "Lo maravilloso de nuestra relación es que todavía nos amábamos, pero necesitaba asumir la responsabilidad de mi propia vida", destacó Priscilla, quien se casó a los 15 años y se convirtió en la esposa de un hombre admirado en todo el mundo, un hombre que no la dejaba ser libre, sino que intentaba controlarla.
Aunque afirmó en 1978 a People que, después de la separación, su relación "fue como si nunca nos hubiéramos divorciado". "Elvis y yo aún nos abrazábamos, aún había amor entre nosotros. Hablábamos como 'mami dijo esto' y 'papi dijo aquello'. Esto ayudó a Lisa a sentirse estable. No hubo discusiones ni amargura", afirmó Priscilla. A pesar de las infidelidades, adicciones y altibajos de Elvis, ella siempre estuvo a su lado para apoyarlo y levantarlo.
Tras la muerte de Elvis, Priscilla tuvo que enfrentarse a dificultades financieras debido a malas decisiones de gestión y protocolos que limitaban su acceso a la herencia. Sin embargo, logró mantener a flote la vida de su hija y la suya propia, vendiendo las propiedades del Rey y expandiendo su imagen más allá de Las Vegas y el trágico final que marcó la muerte de Elvis.
La película de Coppola ofrece una visión femenina de este romance, similar a sus trabajos anteriores, como "Las vírgenes suicidas" o "María Antonieta". A pesar de ello, aún quedan muchos aspectos desconocidos sobre la vida y relación del cantante más icónico de todos los tiempos, quien cerró una parte de su legado haciendo una promesa única a la mujer que le entregó una parte significativa de su vida: 'Always on my mind'.