La siesta ha sido considerada por muchos como un hábito saludable y revitalizante, especialmente después de una comida copiosa o un día agotador.
Sin embargo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) emitió una alerta destacando que estas breves siestas podrían tener consecuencias negativas para la salud, especialmente si se llevan a cabo de manera descontrolada.
Contrario a las creencias populares, la UNAM desmintió la idea de que las siestas son inofensivas y señaló que, en ciertos casos, podrían provocar problemas graves de salud, como afectaciones cardiovasculares.
La falta de regulación del sueño y la necesidad de asistencia médica para conciliar el sueño durante la noche son factores que podrían contribuir a que las siestas se conviertan en una opción perjudicial para la salud.
La Dra. Yereth Torres, académica de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, enfatizó que realizar siestas en ambientes no controlados podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Además, se exploran hipótesis que vinculan las siestas con el Alzheimer, ya que la ausencia de una proteína relacionada con la pérdida de memoria podría aumentar al realizar siestas de manera prolongada y frecuente.
A pesar de la controversia, la UNAM reconoce que existen beneficios en tomar siestas en momentos y lugares específicos, siempre y cuando se realicen bajo circunstancias determinadas.
La clave reside en limitar la duración a no más de 30 minutos, preferiblemente entre las 13:00 y las 15:00 horas, cuando "el umbral de vigilia" disminuye, y en un ambiente cómodo, oscuro y libre de ruidos.
La especialista en sueño de la UNAM aconseja que aquellos que consideren la opción de la siesta acudan a un médico para determinar si su rutina diaria y su salud en general permiten este hábito. Según ella, "las siestas no son para todos, pues incrementan el riesgo cardiovascular.
Es ideal para quienes se sienten cansados, realizaron alguna actividad física no planeada dentro de su rutina o alguna actividad nocturna".
Ante la creciente preocupación, la UNAM destaca la importancia de abordar la siesta con precaución y de manera informada, reconociendo que, aunque puede ser beneficiosa en ciertas circunstancias, un enfoque descontrolado podría tener consecuencias negativas para la salud física y mental.