Es fácil echarles la culpa a las agencias libres de Shohei Ohtani y Yoshinobu Yamamoto por entorpecer el proceso.
Todas las temporadas bajas del Béisbol de Grandes Ligas evolucionan a su propio ritmo y este invierno, el ritmo es lento. No es solo lento para un subgrupo específico de agentes libres. Es lento para los peloteros que ganan nueve cifras, lento para los bates del outfield, lento para los pitchers de relevo. Tan lento que los entrenamientos primaverales empezarán en menos de seis semanas y más de 100 peloteros siguen desempleados.
Es fácil echarles la culpa a las agencias libres de Shohei Ohtani y Yoshinobu Yamamoto por entorpecer el proceso, aunque sólo un puñado de equipos estuvieron metidos en la puja por al menos uno de ellos con aspiraciones realistas. Si bien la mesurada actuación de ambos no le hizo ningún favor al mercado, hay una explicación mucho más simple: equipos y peloteros están atrincherados. Ambas partes esperan a ver quién resbala primero.
La verdad es que esto es más o menos normal. No todos los inviernos son como la temporada transcurrida entre 2022 y 2023, en la cual 36 de los 37 peloteros que recibieron garantías de al menos $20 millones fueron contratados antes del día de Año Nuevo. La única excepción: Carlos Correa, que hizo dos pactos previos al 1º de enero y que fueron anulados durante el examen físico. En 2021, J.T. Realmuto y DJ LeMahieu firmaron a finales de enero y Trevor Bauer en febrero. Josh Donaldson firmó a mediados de enero de 2020, un año después de que los dos mejores peloteros de la clase (Bryce Harper y Manny Machado) extendieran la espera hasta febrero.