Unai Marrero es el nombre propio de la actualidad de la Real Sociedad. La expulsión de Alex Remiro, primera desde que llegara a San Sebastián, propició el inesperado debut en Primera división del portero de Azpeitia, una pequeña localidad del interior de Gipuzkoa.
Se trata de un guardameta formado en la cantera txuri-urdin. Desde las lejanas apariciones con el primer equipo de Eñaut Zubikarai, que estuvo bastante tiempo en dinámica de la plantilla profesional pero no llegó a asentarse, ningún otro portero formado en Zubieta había llegado a jugar en Primera división.
En un momento en el que se está impulsando entre todos dentro de la Real para conseguir que también lleguen porteros canteranos al primer equipo, igual que lo hacen jugadores de otros puestos, de trata de una noticia que no es ni mucho menos baladí. No al menos en un club como el donostiarra, donde en los últimos años se había perdido la e tensa tradición histórica que había tenido con sus grandes porteros forjados en Gipuzkoa. Marrero ya forma parte de esta modesta historia con los porteros de Zubieta. Antes hubo otros como Gaizka Ayesa o Andoni a Zubiaurre, canteranos que también fueron suplentes en el primer equipo, pero nunca llegaron a debutar en Primera división.
Pero Marrero ya había debutado con la primer plantilla antes de hacerlo contra el Alavés en el Reale Arena por la expulsión de Remiro. Lo hizo en verano en un amistoso contra el Atlético de Madrid, parando un penalti a Correa, en el que fue encina elegido MVP del partido jugado en México. Y lo ha hecho en las dos eliminatorias que hasta ahora ha jugado esta temporada la Real de la Copa del Rey, con el Buñol y el Andratx. Pero le faltaba debutar en Liga, la máxima competición de nuestro nuestro país. Y para siempre quedará en el recuerdo ese derbi vasco contra el Alavés. El azpeitiarra era la persona más feliz del estadio en la zona mixta del Reale Arena. “Para mi esto es la leche porque para alguien se Azpeitia que siempre ha sido de la Real, desde pequeñito en portería es algo que lo siento mucho y estoy muy feliz, no me lo creo todavía. Siento la Real desde pequeño y debutar con el primer equipo es lo máximo. Ahí estuve, concentrado, intentando hacer mi trabajo lo mejor posible, como siempre. Y estoy muy contento, muy feliz, pero hay que seguir trabajando, esto no para”, señala Marrero al recordar su debut contra el Alavés.
Al azpeitiarra se le notó tranquilo, no expresó nervios de ningún tipo y estuvo muy comunicativo con sus compañeros. Recibió el cariño de todos los jugadores de la Real, por supuesto su compañero de fatigas Remiro pese a estar tocado con su expulsión, y también del meta donostiarra del Alavés, Owono, y también Jon Guridi, natural también de Azpeitia. Pero la realidad es que no tuvo mucho trabajo. Se limitó a sacar bien con el pie y a atajar varios balones laterales con seguridad. Lo que no pudo hacer es detener el penalti que le lanzó Rioja, que también tuvo un bonito detalle con él al felicitarle por su debut después en la sala de prensa del estadio, el mismo escenario en el que Imanol Alguacil habló del propio Marrero. “Le llegó el debut cuando menos se lo esperaba seguramente, pero siempre les digo que tiene el que estar preparados por si pasan cosas como la expulsión de Remiro. Se lo digo también a él, si está en la plantilla es porque está preparado para jugar, sino no estaría con nosotros. Se le vio seguro pero no tuvo mucho trabajo porque el Alavés apenas tiró. A ver si en Málaga se le ve tan poco, y lo mismo en el derbi de San Mamés”.
Porque Marrero también jugará en la Copa del Rey este domingo en La Rosaleda. Imanol lo dejó caer tras su estreno contra el Alavés, y le servirá de preparación para su debut como titular en la Liga en un escenario grande y en un contexto gigante: en San Mamés en el derbi vasco contra el Athletic. Palabras mayores. Es una gran oportunidad, pero al mismo tiempo un reto y una responsabilidad mayúsculos. Será su segundo partido en Primera y una nueva ocasión de demostrar que un portero de Zubieta puede volver a asentarse en la portería de la Real Sociedad, dando continuidad a la saga que lidera el mítico Luis Miguel Arconada.
Bajo el trabajo comandado por su entrenador de porteros, Jon Alemán, Marrero vivirá ahora semanas muy especiales, en las que le deberán servir de experiencia los 63 partidos que ha jugado ya en las categorías nacionales en las que ha militado en una Real Sociedad a la que llegó siendo muy joven desde su Azpeitia natal. Marrero está viviendo el sueño de muchos niños que juegan de portero en el fútbol gipuzkoano, seguir la estela de Arconada y que la provincia vuelva a tener un portero de Primera en la Real. Con 22 años ya ha dado el primer gran paso. Ojalá el primero de muchos más. Los siguientes serán La Rosaleda y San Mamés.