Las dietas bajas en carbohidratos compuestas principalmente de proteínas y grasas de origen vegetal con hidratos de carbono saludables, como cereales integrales, se asocian con un aumento de peso más lento a largo plazo que las dietas bajas en carbohidratos compuestas principalmente de proteínas y grasas animales con carbohidratos no saludables, como almidones refinados, según un nuevo estudio dirigido por la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan, y publicado en 'JAMA Network Open'.
«Nuestro estudio va más allá de la simple pregunta: '¿Consumir carbohidratos o no?' Analiza la dieta baja en carbohidratos y ofrece una visión matizada de cómo la composición de estas dietas puede afectar la salud a lo largo de años, no sólo de semanas o meses«, apunta el autor principal Binkai Liu, asistente de investigación en el Departamento de Nutrición.
Si bien muchos estudios han demostrado los beneficios de reducir los carbohidratos para perder peso a corto plazo, se han realizado pocas investigaciones sobre el efecto de las dietas bajas en carbohidratos en el mantenimiento del peso a largo plazo y el papel de la calidad del grupo de alimentos.
Utilizando datos del Estudio de salud de enfermeras, el Estudio de salud de enfermeras II y el Estudio de seguimiento de profesionales de la salud, los investigadores analizaron las dietas y los pesos de 123.332 adultos sanos desde 1986 hasta 2018. Cada participante proporcionó información de su dieta y peso cada cuatro años. Los investigadores clasificaron las dietas de los participantes en función de si cumplían cinco categorías de dieta baja en carbohidratos: dieta baja en carbohidratos total (TLCD), que enfatiza la menor ingesta general de carbohidratos; dieta baja en carbohidratos de origen animal (ALCD), que destaca las proteínas y grasas de origen animal; dieta baja en carbohidratos (VLCD) basada en vegetales, con proteínas y grasas de origen vegetal; dieta saludable baja en carbohidratos (HLCD), que enfatiza las proteínas de origen vegetal, las grasas saludables y menos carbohidratos refinados; y dieta poco saludable baja en carbohidratos (ULCD), que se basa en proteínas de origen animal, las grasas no saludables y los carbohidratos provenientes de fuentes no saludables como panes y cereales procesados.
«La conclusión clave aquí es que no todas las dietas bajas en carbohidratos son iguales cuando se trata de controlar el peso a largo plazo«, afirma el autor principal Qi Sun, profesor asociado del Departamento de Nutrición. »Nuestros hallazgos podrían cambiar la forma en que pensamos sobre las dietas populares bajas en carbohidratos y sugerir que las iniciativas de salud pública deberían continuar promoviendo patrones dietéticos que enfaticen alimentos saludables como cereales integrales, frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa«, concluye.