La historia se inicia en 1945, cuando el ejército imperial japonés, apurado por ocultar evidencia de sus atroces experimentos humanos en el noreste de China, se prepara para destruir pruebas. En un paisaje nevado en Manchuria, los cadáveres se acumulan para ser incinerados mientras prisioneros son ejecutados, mientras el ficticio general Kato (interpretado por Choi Young-joon) muestra preocupación por su proyecto: monstruos creados a partir de experimentos humanos, destinados a ser armas en el futuro. Con ese propósito, se traslada a Gyeongseong, conocida en la actualidad como Seúl.
La serie se esfuerza por mantener fidelidad histórica. "Prestamos mucha atención a recrear la antigua Seúl en 1945", explicó el director Chung Dong-yoon a TIME. Sin embargo, la falta de datos confiables y la ausencia de experiencias personales de esa época plantearon desafíos. "Entré pensando que sería casi imposible recrear la época a la perfección", agregó. Enfocarse en el sentir general de la época fue su estrategia.
Japón anexó Corea en 1910 y ocupó la península hasta 1945, imponiendo un régimen opresivo. 'El monstruo de la vieja Seúl' se sitúa aproximadamente seis meses antes de la rendición de Japón. Su-Kyoung Hwang, profesor de Estudios Coreanos en la Universidad de Sydney, explica que antes de la derrota de Japón, los coreanos sufrían una vida miserable, sometidos a restricciones culturales, censura y pérdida de libertades. Durante la Segunda Guerra Mundial, los coreanos se vieron afectados por las políticas y el caos generados por Japón. Miles de jóvenes coreanos fueron forzados a unirse al ejército japonés y numerosas niñas y mujeres coreanas fueron sometidas a ser esclavas sexuales para el ejército japonés, conocidas como "mujeres de solaz".
"El contenido histórico, especialmente relacionado con el período colonial japonés, siempre ha sido de gran interés para el público coreano", afirma Lee Jeeheng, profesor de cine en la Universidad Chung-Ang de Seúl. Destaca que dramas históricos como 'Bridal Mask', ambientado en la era colonial japonesa, capturaron la atención cultural del país, con altos índices de audiencia durante su emisión en 2012.