Ya no es necesario recurrir a inyecciones de ácido hialurónico ni gastar grandes sumas en costosos tratamientos estéticos. Ahora, un ingrediente común que todos tenemos en casa puede ser suficiente para combatir los signos de envejecimiento que comienzan a aparecer.
Con un alto contenido de almidones y fibra, la avena retiene la humedad en la piel, proporcionándole un aspecto fresco y saludable las 24 horas del día. Para aquellos con piel seca y propensa a la deshidratación, las mascarillas de avena son un "must" que definitivamente debes probar. Los poderosos nutrientes de la avena poseen un efecto antimicrobiano y propiedades antibacterianas, ofreciendo una limpieza y protección superiores a la de un jabón convencional.
La avena contiene grasas insaturadas y ácido linoleico, lo que potencia la regeneración celular, ayudando a reducir la apariencia de ojos caídos, disminuir arrugas y suavizar líneas de expresión. Para aquellos con enrojecimiento, manchas o lesiones por exposición solar, la avena es un remedio infalible para calmar y sanar la piel de manera efectiva. Si buscas hidratación, elasticidad y suavidad para tu piel, una mascarilla de avena con miel es ideal. Siempre recuerda realizar una prueba de alergia para evitar cualquier reacción adversa en tu piel.
Para preparar la mezcla, coloca la avena y la miel en un bol y mezcla hasta obtener una consistencia pastosa. Después de tu rutina habitual de limpieza facial y con la piel libre de maquillaje, aplica la mascarilla realizando suaves movimientos circulares ascendentes y descendentes. Deja reposar sobre el cutis durante tres minutos y luego enjuaga con agua fría. Finalmente, seca suavemente la piel y aplica tu crema hidratante favorita.