Llegan a cuentagotas, y existen pérdidas muy notables en cuanto a las cargas comerciales por parte de las empresas de transporte que utilizan la frontera de Piedras Negras y Eagle Pass.
En medio de una llegada masiva de migrantes y la aparente ineficacia de los gobiernos federales de México y Estados Unidos, la ciudad de Eagle Pass ha tomado medidas drásticas para controlar el acceso legal al país.
En un movimiento sin precedentes, se redujo el acceso a un solo carril para vehículos particulares y de carga, generando caos y tiempos de espera extraordinarios para quienes buscan cruzar la frontera.
Afectaciones. La tarjeta SENTRI, que antes facilitaba el proceso de entrada a Estados Unidos, ha sido momentáneamente suspendida, afectando a aquellos que confiaban en su agilidad. Incluso aquellos con la preciada tarjeta ahora se ven obligados a formarse en filas regulares, desvaneciéndose la distinción que brindaba este privilegio. El cruce peatonal es ahora el único punto donde se aplica el programa SENTRI, mientras que las filas de automóviles se extienden hasta 11 horas de espera para poder cruzar hacia Estados Unidos. Esta situación ha dejado a miles de viajeros y transportistas en una situación desesperada, enfrentando largas jornadas de espera y pérdidas significativas.
Colapso. La participación de agentes del CBP (Customs and Border Protection) en el apoyo a la Patrulla Fronteriza para el registro de migrantes ha contribuido al colapso del sistema. El Shelby Park, que alguna vez fue un espacio recreativo, se encuentra ahora abarrotado de personas que buscan ingresar al país de manera legal.
Además, el cruce ferroviario ha sido cerrado, agravando aún más la complejidad de esta crisis.
El pasado 27 de noviembre, se cerró el ingreso a Estados Unidos por vehículos a través del Puente Internacional 1, sumiendo a la región en una situación crítica sin precedentes.
Frontera. Las pérdidas económicas para los transportistas de automóviles serán sustanciales, alcanzando cifras que se contarán en miles de millones de pesos. Esta crisis, que lleva meses afectando las fronteras de Piedras Negras y Eagle Pass, demuestra la urgente necesidad de una solución integral y efectiva por parte de los gobiernos involucrados.
La falta de control en esta situación está generando un impacto negativo significativo en la región y exige una respuesta inmediata para restaurar la normalidad en los cruces fronterizos. En un giro desconcertante de los acontecimientos, la Secretaría de la Defensa Nacional se encuentra inexplicablemente debajo del Puente Dos, a pesar de tener un conocimiento extenso sobre la ubicación precisa del cruce ilegal, que, de manera contrastante, tiene lugar en la colonia Morelos. Este asombroso hecho plantea interrogantes sobre la coordinación y eficacia de las autoridades encargadas de mantener el orden en la región fronteriza. Mientras se avecinan cierres inminentes del puente ferroviario y reducciones en las rutas internacionales, la alcaldesa de Piedras Negras, Norma Treviño, y la comisionada en relaciones bilaterales Coahuila - Texas, Sonia Villarreal, han iniciado gestiones con el objetivo de obtener beneficios que atenúen las posibles pérdidas millonarias y eviten un periodo prolongado de repercusiones. La eficacia de las gestiones de estas líderes será determinante en la mitigación de las repercusiones, ya que buscan implementar medidas que garanticen una transición lo más suave posible para los ciudadanos y empresarios afectados. Este desafío no solo pone a prueba sus habilidades diplomáticas, sino también la capacidad de respuesta de las autoridades frente a una situación fronteriza cada vez más compleja y volátil.
De igual forma, la situación no tiene una fecha estimada para cuando pueda ponerse a recular, o de forma normal. Lo que es una realidad es que diariamente migrantes vienen arribando a Piedras Negras.