Las personas transgénero enfrentan dificultades al recibir atención médica adecuada debido a problemas como el voyerismo, ser tratadas como anormales e incluso negárseles la atención debido a su identidad de género, según un nuevo estudio.
"Diría que lo que leí no me sorprende en absoluto, basado en cosas que he escuchado de miembros trans", dijo Tari Hanneman, directora del Programa de Salud y Envejecimiento de la Fundación de la Campaña de Derechos Humanos. Ella revisó los hallazgos, pero no participó en el estudio.
"He escuchado historias de pacientes siendo tratados básicamente como una rareza médica", dijo Hanneman. "Incluso he escuchado historias horribles de algunos residentes o estudiantes de medicina tomando fotografías y cosas por el estilo, que son completamente inapropiadas".
El estudio buscaba comprender las experiencias de las personas transgénero cuando su identidad es conocida por los médicos de nivel familiar e investigar las razones por las que las personas transgénero podrían compartir, modificar u ocultar información a sus proveedores.
Una junta de asesoría comunitaria diversa realizó siete grupos focales con 30 adultos transgénero que viven en América del Norte, que incluyó a clínicos transgénero. Las ideas clave, fueron codificadas y analizadas y surgieron cuatro temas principales de las discusiones.
El primero fue que las personas transgénero a menudo perciben las preguntas de los médicos como "voyeuristas, estigmatizadoras o autoprotectoras", lo que hizo que los pacientes se sintieran enojados, confundidos y sintieran la necesidad de protegerse. Las experiencias incluyeron cosas como ser mal identificados repetidamente y ser preguntados sobre tratamientos hormonales, incluso cuando no tenían nada que ver con la razón por la que estaban viendo al médico ese día.
"Los médicos... hacen muchas preguntas invasivas", compartió un participante del estudio. "Vi a un neumólogo a principios de año y una de sus primeras preguntas fue: '¿Cuándo te vas a hacer una cirugía genital?' y decía como, 'Vengo por mis pulmones'".
Otros temas incluyeron a pacientes siendo patologizados, negados o recibiendo atención subestándar, o incluso siendo perjudicados por médicos, incluyendo tener un examen no consensuado en un caso y recibir medicación inadecuada para el dolor después de una apendicitis perforada en otro.
"Después de que los médicos se enteran de que los pacientes son trans, generalmente las personas transgénero sienten que su atención empeora en vez de mejorar", dijo la persona autora del estudio, el Dr. Ash Alpert (pronombre: "elle"), docente de hematología en la Escuela de Medicina de Yale. "Varias personas en el estudio hablaron sobre cómo comenzaron a identificarlos incorrectamente después de que supieron que eran transgénero en lugar de usar los pronombres correctos".
Estas experiencias médicas dejaron a los participantes del estudio atrapados entre elegir revelar su identidad de género y enfrentar la transfobia u ocultar su identidad de género y, como resultado, recibir atención médica ineficaz. También discutieron el hecho de que mejorar la seguridad de las personas transgénero en el sistema médico es complicado debido a que el campo médico es "inherentemente violento o estigmatizador para las personas transgénero".
"Algunas de las personas en el estudio realmente hablaron y reflexionaron profundamente sobre cómo sería el cambio (en el campo médico)", dijo Alpert. "Algunas personas hablaron sobre la necesidad de más capacitaciones, o que necesitamos cambiar el expediente electrónico de salud. Pero muchos otros participantes, incluidos, y quizás particularmente, los médicos, expresaron preocupaciones de que esos cambios no serían suficientes. Y que en realidad lo que se requiere es un cambio a nivel de sistema, quizás a nivel institucional".
Alex Sheldon (pronombre: elle) ocupa la dirección ejecutiva de GLMA: Profesionales de la salud promoviendo la igualdad LGBTQ+.
"Estas narrativas realmente dan voz y añaden matices a este fenómeno bien documentado de atribución médica errónea llamado síndrome del brazo roto trans", dijeron. "Y ese síndrome se refiere a esta tendencia de los proveedores de atención médica a atribuir cualquier problema médico o malestar experimentado por una persona trans o no binaria directamente a su identidad de género y, por lo tanto, potencialmente pasan por alto preocupaciones genuinas de salud. Así que, esas narrativas en particular creo que sirven como un recordatorio contundente de la necesidad de que los profesionales de la salud traten a cada paciente como una persona completa, en lugar de reducirlos a su identidad de género".
La medicina no es la única institución de la cual las personas transgénero deben cuidarse.
Hasta ahora, en 2023, se han presentado un número récord de 568 proyectos de ley en 49 estados de EE. UU. y a nivel federal que buscan bloquear a las personas transgénero de recibir "atención médica básica, educación, reconocimiento legal y el derecho de existir públicamente", según el Rastreador de Legislación Trans. Estos incluyen prohibir la atención que afirma el género hasta los 26 años, prohibir libros que "promueven la fluidez de género o los pronombres de género", prohibiciones de espectáculos de drag y esfuerzos para hacer que el sexo asignado al nacer sea una definición "inmutable" de hombre o mujer.