La carrera a los playoffs de la NFL suele ser cruel, sin importar qué tan buena racha tenga un equipo, la diferencia entre jugar en enero e irse a casa puede ser tan solo una derrota.
No es que hayan quedado desahuciados los Denver Broncos, Pittsburgh Steelers y Minnesota Vikings, pero ciertamente este sábado con sus derrotas dieron un paso atrás, muy atrás para ser sinceros.
En el juego nocturno los Broncos (7-7), que habían ganado seis de sus últimos siete juegos, necesitaban un triunfo para colocarse con récord 8-6 y obligar un triple empate con los Cincinnati Bengals e Indianapolis Colts --que ganaron más temprano-- por los últimos dos boletos de comodín, pero con su derrota ahora ya no controlan su destino y necesitan combinaciones de resultados --además de seguir ganando-- para reclamar un boleto a los playoffs.