Los indocumentados recibieron ayuda de la parroquia Verbo Encarnado.
La madrugada del viernes, una caravana compuesta por más de 600 migrantes provenientes de Venezuela, Colombia y Honduras llegó a ciudad Frontera, después de que autoridades del Instituto Nacional de Migración los desembarcaron del tren, y fue el personal de la parroquia Verbo Encarnado quienes les brindaron ayuda humanitaria.
El Diácono Francisco de la parroquia informó que con ayuda de la iglesia San Juan se les proporcionó comida, agua, ropa y un lugar cálido a los migrantes.
A pesar de la solidaridad mostrada, Francisco lamentablemente reveló que los migrantes le confesaron haber sido víctimas de abusos por parte de las autoridades migratorias. Según los testimonios recabados, los mismos agentes que los bajan del tren exigen pagos de aproximadamente 500 pesos para permitirles continuar su viaje.
En esta ocasión, la cantidad considerable de migrantes atrajo la atención de las autoridades, resultando en un proceso de revisión más exhaustivo. Francisco enfatizó que los migrantes fueron bajados del tren y obligados a continuar su trayecto a pie.
El Diácono hace un llamado urgente a las autoridades competentes para que investiguen estas denuncias y violaciones de derechos contra los indocumentados. “Es imperativo que se garantice el respeto a los derechos humanos y la integridad de aquellos que buscan una vida mejor” señalo.
Para finalizar, dijo que la situación destaca la precariedad y vulnerabilidad de los migrantes en su travesía hacia el sueño americano. La parroquia Verbo Encarnado reitera su compromiso de seguir brindando apoyo humanitario a quienes lo necesiten, al tiempo que exige acciones concretas para prevenir abusos y proteger los derechos de los migrantes en su tránsito por ciudad Frontera.