Los afroamericanos son menos propensos que los blancos a recibir los mejores tratamientos para un AVC, aunque son más propensos a sufrir un AVC y morir a causa de uno, encontró un estudio reciente.
Los pacientes afroamericanos son menos propensos a recibir el activador tisular del plasminógeno (tPA, por sus siglas en inglés), un potente fármaco anticoagulante que puede restaurar el flujo sanguíneo al cerebro tras un AVC, encontraron los investigadores.
También es menos probable que se les extirpe quirúrgicamente el coágulo que causa el accidente cerebrovascular, en un procedimiento mínimamente invasivo llamado trombectomía endovascular (EVT, por sus siglas en inglés), según muestran los resultados.
"Como profesionales de la atención de la salud, no estamos haciendo un trabajo lo suficientemente bueno para hacer llegar estos tratamientos que salvan vidas a estos pacientes", señaló la investigadora principal, Delaney Metcalf, estudiante de tercer año de medicina de la Asociación Médica de la Universidad de Augusta y la Universidad de Georgia.
Esas dos opciones son los tratamientos médicos de referencia para los AVC provocados por coágulos sanguíneos, y pueden reducir drásticamente la muerte y minimizar el impacto a largo plazo de un AVC, señalaron los investigadores.
Para ver con qué frecuencia se usan en los pacientes negros con AVC, los investigadores analizaron datos de más de 89,000 pacientes con AVC en todo Estados Unidos.
Tanto el tPA como la EVT son opciones extremadamente sensibles al tiempo, anotaron los investigadores. Para que sea eficaz, el tPA debe administrarse a las pocas horas de sufrir un accidente cerebrovascular y la EVT a las seis horas siguientes.
Investigaciones anteriores han mostrado que los pacientes negros son menos propensos a llamar a los servicios de emergencia para pedir una ambulancia, lo que puede retrasar su atención médica, anotaron los investigadores.
Pero incluso después de llegar a un hospital, los pacientes negros experimentan tiempos de espera más largos antes de obtener las imágenes cerebrales que necesitan para recibir tPA o EVT, encontraron los investigadores.
"¿Por qué? Podría ser que el hospital esté realmente desbordado y no tenga el personal para poder hacerlo de manera oportuna", dijo Metcalf. "También puede haber prejuicios raciales implícitos que lleven a los profesionales de la salud a no tratar a sus pacientes negros de la misma manera que tratan a sus pacientes blancos y a no tomar en serio los síntomas de los pacientes minoritarios".
Como resultado, los investigadores encontraron que incluso cuando los pacientes negros se someten a cualquiera de los procedimientos, tienen estadías en el hospital sustancialmente más largas que los blancos, lo que significa peores resultados de salud o una menor calidad de atención.
¿Por qué la brecha? El hospital al que se ha enviado al paciente podría no tener el personal, los medicamentos o el equipo que permitirían esta atención de referencia, razonaron los investigadores.
"Este es un problema, pero es un problema que se puede atacar", dijo Metcalf. "Hay muchas cosas pequeñas que podemos hacer para avanzar en la atención de los accidentes cerebrovasculares de las minorías".
"Aumentar la educación de la comunidad sobre el reconocimiento de los síntomas de AVC podría ayudar a los pacientes a llegar más rápido a los centros de tratamiento", añadió Metcalf. "Además, proporcionar la capacitación y la tecnología necesarias para estos tratamientos en áreas desatendidas puede mejorar el acceso a la atención del accidente cerebrovascular".