Un estudio realizado por científicos del Instituto Karolinska en Suecia y la Universidad de Cambridge en Reino Unido, reveló que la edad biológica —que puede ser mayor o menor que la edad cronológica de la persona, dependiendo del estado de su organismo— puede predecir el riesgo futuro de padecer demencia o sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia, una alteración de la capacidad para recordar, pensar o tomar decisiones, afecta a más de 55 millones de personas en todo el mundo. En tanto, el ACV afecta anualmente a 17 millones de personas.
Con el envejecimiento, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y los trastornos neurodegenerativos. Las investigaciones tradicionalmente se han basado en la edad cronológica (el número de años de vida) para evaluar este riesgo. Por ello, los nuevos estudios apuntan al análisis de la edad biológica.
“Como las personas envejecen a diferentes ritmos, la edad cronológica es una medida bastante imprecisa”, afirmó, en un comunicado, Sara Hägg, coautora de la reciente investigación y profesora asociada en el Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska.
El equipo de Hägg monitorizó a más de 325.000 adultos británicos de mediana y avanzada edad. Para determinar la edad biológica, los investigadores evaluaron 18 biomarcadores que incluyen presión arterial, glucosa en sangre, niveles de colesterol y marcadores de inflamación, recolectados entre los años 2006 y 2010.
Durante una seguimiento de nueve años, se observó que individuos con edades biológicas mayores que su edad cronológica al inicio del estudio tenían más riesgo de desarrollar demencia y ACV en la siguiente década. Por ejemplo, de dos participantes de 60 años, aquel con una edad biológica de 65 tenía un 20% más de riesgo de demencia y un 40% más de riesgo de sufrir un ACV.
Este riesgo significativamente mayor de desarrollar dichas condiciones se determinó incluso tras ajustar los datos por genética, sexo, ingresos hospitalarios y estilo de vida.
Los resultados del estudio, publicados en Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, subrayan una contribución considerable de los procesos de envejecimiento biológico en el desarrollo de estos cuadros clínicos.
El mismo análisis mostró una relación más débil entre la edad biológica alta y la enfermedad de las neuronas motoras, mientras que para la enfermedad de Parkinson se observó una tendencia opuesta, lo que refleja las características únicas de esta afección, como su reacción paradójica ante el hábito de fumar, que si bien acelera el envejecimiento en general, los datos sugieren que ofrecería un efecto protector contra esta enfermedad, algo que los expertos desaconsejan en cualquier caso.
El cuidado de la edad biológica
Los autores destacaron que, a pesar de que no existe cura para condiciones como la demencia, la detección temprana de un envejecimiento biológico acelerado podría ofrecer oportunidades para intervenciones preventivas a través del cambio de estilo de vida y el seguimiento cercano.
Los hallazgos sugieren que ralentizar el declive interno del cuerpo puede ser clave para la prevención de enfermedades crónicas en la tercera edad y que la evaluación de la edad biológica desde muestras de sangre rutinarias podría convertirse en una práctica estándar en el futuro.
Finalmente, los investigadores señalan que es necesario replicar estos resultados en grupos poblacionales más diversos. Asimismo, esperan descifrar las conexiones entre el fondo genético, el envejecimiento biológico y otras enfermedades importantes, tales como la diabetes y las enfermedades cardíacas.