Cádiz y Osasuna van a sufrir: empate a casi nada en el Nuevo Mirandilla

Osasuna no fue Osasuna y el Cádiz fue más Cádiz que nunca. Empate a muy poco en el Nuevo Mirandilla entre dos equipos que van a sufrir esta temporada.

Partido gris y sin ritmo en el que se repartieron los puntos y todo el mundo se fue más enfadado que contento a casa. Con todo, el el último segundo la tuvo Momo de cabeza, pero se lució Sergio Herrera.

Arrancó el partido entre Cádiz y Osasuna con tanto miedo en el ambiente que ambos equipos parecían firmar no perder desde el pitido inicial. Y no perdieron. Ritmo nulo y balonazos buscando algún fallo de los centrales del rival. La clasificación aprieta y los puntos ahora son muchos puntos.

Con el partido en 'pause' apareció un fogonazo del Cádiz que le adelantó en el marcador. Un mal despeje de Juan Cruz lo aprovechó Iván Alejo para poner un centro tenso que fue superando centrales hasta que apareció Roger Martí para impactar de cabeza con calidad y adelantar a los de Sergio. Buen disparo del pistolero para dar ventaja a los suyos.

Tras el momento de lucidez, el partido regresó a las tinieblas hasta que el Chimy Ávila, casi quince minutos después, se sacó un disparo duro desde fuera del área que estuvo cerca de sorprendrer a Conan Ledesma. El balón rozó el palo y es lo más cerca que estuvo Osasuna de mover el marcador a su favor. Solo Aimar intentaba salirse del guión de un partido muy gris. Pero era él contra el mundo, y en la primera parte, ganó el mundo.

El arranque de la segunda mitad no dio sensación de cambio radical. Tres faltas en los primeros 90 segundos. Ritmo lento, por llamarlo ritmo. Ante tal panorama o los navarros apretaban el acelerador o se marchaban de vacío. El despertar apareció con un par de acciones del Chimy que frustró Conan Ledesma con dos paradas excepcionales. Las llegadas sacaron del trance a Osasuna que buscó el empate. La tuvo Moi, pero estrelló el balón en Iza que defendía la línea de gol con Conan batido.

Penalti de VAR

Con Osasuna quitándose la pelusilla, llegó un remate de cabeza del Chimy que rozó los dedos de Momo (el cabezazo se iba fuera)y la cosa acabó en uno de esos penaltis que dan grima. Budimir aprovechó el regalo para poner el empate en el marcador y marcar su octavo tanto de la temporada.

Tras el gol del empate, Osasuna levantó de nuevo el pie del acelerador y no aprovecho la inercia. El Cádiz no cambió el guión pese a los cambios y el partido se perdió entre protestas y la tensión clásica de los últimos minutos. La tuvo Momo para los tres puntos, pero el remate se fue a las manoplas del arquero.

 

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