La actriz considera que la época navideña tiene un lado oscuro en México, el de la desigualdad racial y social, algo que espera se transforme progresivamente con las nuevas generaciones
La Navidad es una época de unión familiar y felicidad, o al menos eso es lo que se ve en las películas.
Pero la actriz Maya Zapata, como muchas personas, sabe que esa reunión suele ser más compleja: esa noche pueden colisionar ideas entre familiares que sacan lo peor de la sociedad.
Maya hoy tiene 42 años, pero desde su infancia advirtió estas diferencias, en su caso a través de las familias de sus padres, quienes estaban separados y la ponían en una encrucijada en estas épocas.
“Vengo de dos familias: la prieta y la blanca, que ambas son adorables, pero no convivían, entonces siempre tenía que estar dividida: o iba con los primos de mi familia blanca, o estaba con mi mamá y mi familia prieta, nomás que en la familia blanca me daban regalos”, recuerda.
La decisión para la pequeña Maya era la de irse con la familia paterna: “Eso le causó mucho dolor a mi mamá porque para ella lo importante era el amor, que también para mí también, pero por los regalos y siendo chiquita, sobre todo, elegía con mi papá”, reconoce.
Con consciencia social
Motivada por esa experiencia navideña y conforme iba creciendo, Maya se hizo consciente de la desigualdad que existe en México.
Hace un par de años abanderó un movimiento dedicado a erradicar el racismo sistémico que hay en el país: Poder Prieto, junto a otros actores, como Tenoch Huerta y Yalitza Aparicio.
La idea tenía como objetivo, por ejemplo, visibilizar la falta de representatividad de piel morena en el entretenimiento.
“Estás concesiones no son normales, son como una renta casi vitalicia a estas personas (blancas) que en realidad le perjudica más a un pueblo de lo que le favorece.
“Hay muchas cosas que cambiar en ese sentido, porque sí, el color de piel definitivamente puede determinar la vida de una persona, las posibilidades, su futuro, sus oportunidades y las de su familia”, dice la intérprete.
Replantean Poder Prieto
Este año, la promotora Luz Valdez, acusó a Poder Prieto de no reconocer el trabajo de la artesana Felicia Bautista, quien elaboró el rebozo de plumas que Tenoch Huerta portó en un evento, lo que les causó una avalancha de críticas.
“Ha sido muy doloroso y muy complicado porque siempre pensamos que el golpe iba a venir de algún lado, es un movimiento que incomoda, que habla de lo que no le conviene a las personas poderosas de este país, fue un movimiento más o menos novedoso, del racismo se habló hace dos años que empezó”, considera.
De momento, la lucha será más bien individual: “Nosotros obviamente vamos a continuar, cada quien por separado, porque juntos nos volvimos un target al que hay que destruir, y eso fue muy doloroso”, aclara.
“Cada quien tiene su propia voz, Poder Prieto nunca pretendió ser la voz de nadie, y eso nos lo reclamaron mucho, que no necesitamos a alguien que hable por nosotros, como si nosotros no fuéramos suficientes, y yo creo que sí, la gente tiene el poder de hablar por sí misma. Cualquier cosa que tenga que ver con que necesites un representante, es un mal necesario pero no es la solución”.
Agradece al 2023
A pesar del mal trago, Maya considera que este año fue positivo en cuanto a lo profesional: fue parte del elenco de series como Horario estelar y At midnight.
Además, estrenó la tercera temporada de la serie Soy tu fan, que regresó luego de que en 2010 fuera un éxito en la tv mexicana.
En ella, interpretó a Rocío, una mujer que destacaba por no seguir las normas sociales como tener una pareja estable y hablaba abiertamente sobre su sexualidad.
“Rocío y yo partimos de un lugar bastante parecido, el de la libertad, y ambas nos fuimos sorprendiendo por la vida, yo jamás me imaginé tener una pareja con la que llevo 12 años”, admite.
A diferencia de Maya, su personaje regresó casada y con un par de hijos, algo que respeta pero no cree que sea el destino de todas las mujeres, incluyéndola. Algo que sabe será discusión de muchas jóvenes en la cena de Nochebuena.
“Yo no quise tener hijos y me alegro de haberlo decidido. Tengo una familia ensamblada, como le llamarían los psicólogos, con una hijastra, un marido que no es marido legalmente pero es mi marido, y la verdad es que también es una manera muy linda de vivir”.
Para 2024, estrenará la película Cada minuto cuenta, basada en el sismo de 1985, y la obra de teatro Éxtasis puro en Foro Lucerna, lo que la tiene muy ilusionada.