La primera película de 'Los juegos del hambre' se estrenó en 2012, convirtiendo a Jennifer Lawrence y Josh Hutcherson en ídolos de las franquicias dirigidas a adolescentes. Las novelas de Suzanne Collins fueron adaptadas al cine y su último episodio, 'Los juegos del hambre: Sinsajo - Parte 2', llegó a la gran pantalla en 2015, concluyendo temporalmente la saga. Más de una década después, el mundo regresó a Panem con 'Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes', una precuela situada 64 años antes de los eventos protagonizados por Katniss Everdeen y Peeta Mellark.
Sin duda, esta saga contribuyó enormemente a la carrera de Jennifer Lawrence, colocándola en el centro de atención por su increíble interpretación como el tributo del Distrito 12 de Panem. A pesar de que Lawrence guarda buenos recuerdos de su tiempo en la franquicia, la actriz podría no haber sido Katniss si el estudio no hubiera atendido una petición suya. En este tema, no hubo margen para la negociación, ya que Jennifer Lawrence expresó un rechazo completo; de lo contrario, no habría aceptado ser la protagonista de 'Los juegos del hambre'.
Para interpretar a Katniss Everdeen, los productores de la saga solicitaron a la actriz que hiciera algunos cambios en su apariencia para asemejarse aún más al personaje de los libros. A pesar de estar dispuesta a teñir su cabello rubio a un tono más oscuro para concordar con la descripción del personaje en los libros, hubo una solicitud a la que se negó rotundamente: le pidieron que perdiera peso.
"Es alguien a quien las jóvenes, bueno, todas las mujeres, pero principalmente las jóvenes, admirarán y querrán ser. Tenemos control sobre eso, así que ¿por qué no hacerla fuerte? ¿Por qué no hacerla hermosa, saludable y en forma?", declaró Lawrence en una entrevista de 2013 con SciFiNow. "Fui muy firme en esa cuestión, porque no creo que nuestra industria asuma suficiente responsabilidad por sus expectativas poco realistas y no quiero ser parte de eso", expresó Lawrence sobre las razones que la motivaron a rechazar la peculiar solicitud de los productores. La única excepción en la que aceptó perder peso fue para la película 'Operación Red Sparrow', y eso también implicaba dedicarse al ballet.