El espíritu competitivo de Bill Belichick suele salir a flote cuando tiene todos los reflectores encima.
Cuando la NFL dio a conocer el calendario, pocos imaginaban que el partido de Jueves por la noche de la semana 14 enfrentaría a los Steelers ante unos Patriots desahuciados. Nueva Inglaterra se presenta en territorio Acerero con una marca de 2-10 y en esa frontera en la que parece más sencillo mirar hacia el futuro con la esperanza encontrar alguien que cambie su destino en el próximo Draft.
Aun así. El espíritu competitivo de Bill Belichick suele salir a flote cuando tiene todos los reflectores encima. Y más si enfrente hay una franquicia como la de Pittsburgh que se juega la vida, y si no la vida, por lo menos gran parte de sus posibilidades de afianzarse en la zona de comodines.