Las mujeres, especialmente las posmenopáusicas, que duermen menos de las 7 horas recomendadas por noche pueden tener una sensibilidad a la insulina alterada independientemente de su grado de adiposidad, revela un ensayo cruzado aleatorizado.
En la investigación, publicadaen Diabetes Care, casi 40 mujeres fueron asignadas al azar a sueño restringido o adecuado durante 6 semanas, y luego pasaron a la otra condición. Durante la restricción del sueño, las mujeres durmieron un promedio de 6,2 horas por noche frente a 7 a 9 horas por noche.
Tanto los niveles de insulina en ayunas como la resistencia a la insulina aumentaron significativamente durante la restricción del sueño, y el efecto sobre la resistencia a la insulina fue particularmente notable en las mujeres posmenopáusicas. Esto fue independiente de la adiposidad y de los cambios en la adiposidad.
"Lo que estamos viendo es que se necesita más insulina para normalizar los niveles de glucosa en las mujeres bajo condiciones de restricción del sueño", dijo en un comunicado la autora principal, Marie-Pierre St-Onge, Ph. D., directora del Center of Excellence for Sleep and Circadian Research del Columbia University Vagelos College of Physicians and Surgeons, en New York, Estados Unidos.
"Incluso entonces, es posible que la insulina no haya hecho lo suficiente para contrarrestar el aumento de los niveles de glucosa en sangre de las mujeres posmenopáusicas", afirmó.
La falta prolongada de sueño puede acelerar la progresión de la diabetes
St-Onge añadió: "Si esto se mantiene en el tiempo, es posible que un sueño insuficiente y prolongado entre los individuos con prediabetes pueda acelerar la progresión hacia la diabetes de tipo 2".
St-Onge dijo a Medscape Noticias Médicas que era crucial mostrar el impacto de la restricción del sueño en un estudio aleatorizado, porque "los estudios observacionales no proporcionan información sobre la causalidad".
El estudio no se basó en personas "que vivían en nuestro centro de investigación clínica", sino que inscribió a personas que estaban "viviendo sus vidas", y la reducción del sueño lograda fue "similar a la que llega a experimentar la población general", dijo.
Por lo tanto, St-Onge cree que los hallazgos indican que el sueño se ha pasado por alto como un factor que contribuye a la sensibilidad a la insulina.
El Dr. Robert Gabbay, Ph. D., director científico y médico de la American Diabetes Association (ADA), comentó con Medscape Noticias Médicas que este es un "estudio importante" que "se basa en lo que hemos visto sobre la importancia del sueño para los resultados metabólicos y la diabetes".
"Ha habido varios estudios que muestran la asociación entre el sueño y la diabetes, pero eso no significa necesariamente causa y efecto".
Por otro lado, agregó el Dr. Gabbay, "asignar al azar a las personas puede ayudar a ver la influencia del sueño en las medidas metabólicas clave para la diabetes", lo que "ayuda a construir un caso más sólido de que los trastornos del sueño pueden causar un empeoramiento de la salud metabólica".
Enfatizó que tanto la cantidad como la calidad son "críticas para una salud óptima de la diabetes" y destacó que los Estándares de tratamiento de la American Diabetes Association "recomiendan realizar pruebas de detección de problemas de sueño y asesoramiento para mejorarlo".