El refresco es una de las bebidas más consumidas en el mundo, pero muchas personas ignoran los daños que puede generar su consumo para la salud. Beber refresco todos los días pone en riesgo de enfermedades cardiovasculares graves.
Existen diversos estudios que señalan los peligros de beber refrescos todos los días y ponen de manifiesto los cambios que se producen en el cuerpo de una persona consumidora asidua de refrescos.
Uno de estos estudios es el realizado por la Universidad de Harvard, por la Escuela e Salud Pública TH Chan de Harvard, las personas que consumen refresco de manera frecuente, aumentan el riesgo de muerte prematura hasta un 14 por ciento. Los cambios en el cuerpo ocurren en corto y largo plazo.
El primer sorbo de un refresco puede generar un aumento inmediato de energía gracias a la cafeína y al azúcar. La dietista registrada, Sonya Angelone, explica que esta energía es fugaz, llevando a una posterior caída. Además, el médico cuádruple certificado Supriya Rao advierte que la carbonatación y el azúcar pueden provocar hinchazón y alterar el sistema gastrointestinal, causando malestares como dolor abdominal, diarrea o estreñimiento.
El especialista en medicina regenerativa, Dr. Neil Paulvin, señala que el consumo diario de refrescos puede contribuir al aumento de peso, especialmente en la zona abdominal, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico. Además, se asocia con enfermedades renales, hipertensión y niveles altos de colesterol.
El alto contenido de azúcar en los refrescos puede generar inflamación cerebral, vinculándose científicamente a niveles más altos de depresión y una mayor probabilidad de demencia, según el Dr. Paulvin.
Contrario a la creencia común, optar por refrescos dietéticos no es una solución. Expertos concuerdan en que estos también están relacionados con problemas intestinales, cardíacos y cerebrales.
Si consideras reducir tu consumo de refrescos, sustitutos como café sin azúcar o agua con gas y fruta pueden ser opciones. Sin embargo, es esencial hacer la transición de manera gradual para evitar dolores de cabeza y mantener una ingesta adecuada de líquidos.