Óscar Nava Valencia también era el antiguo líder del Cártel del Milenio y reconoció ante la justicia estadounidense que entregó 10 millones de dólares a el exsecretario de Seguridad Pública de México
Óscar Nava Valencia, “El Lobo”, antiguo líder del Cártel del Milenio y uno de los principales testigos en el juicio contra Genaro García Luna, salió de prisión en Estados Unidos.
"El Lobo" reconoció ante la justicia estadounidense que entregó 10 millones de dólares a García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México.
En la Corte del Distrito Este en Brooklyn, Valencia indicó al jurado que Arturo Beltrán-Leyva y Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, le informaron que el dinero iba a García Luna. También declaró que Joaquín Guzmán Loera, El Chapo , le dijo que García Luna trabajaba con el Cártel de Sinaloa.
Se informó que de acuerdo con un pacto con el Departamento de Justicia, seguirá a disposición de las autoridades para cooperar y es probable que forme parte del programa de testigos protegidos, junto a su esposa y sus hijos.
Además de los 10 millones, que además de protección era para que permitiera el paso de toneladas de cocaína des de Manzanillo, él contribuyó con otros 2.5 millones para una cooperacha que hicieron varios líderes del Cártel de Sinaloa a fin de pagarle a García Luna por más información y protección, indicó entonces Nava.
El testigo declaró que a pesar del pago de los 10 millones, la Marina no sólo confiscó la cocaína del cártel de Sinaloa, sino un cargamento de los Beltrán Leyva. En total, eran más de 20 toneladas.
Arturo Beltrán Leyva citó entonces a García Luna para que diera explicaciones, y le dijo que el cargamento venía desde Colombia y que los colombianos exigían 50 millones de dólares en indemnizaciones.
García Luna aseguró que la Agencia Antidrogas detectó el cargamento desde Colombia y por eso, él no pudo hacer nada. La DEA avisó a la Marina y ésta lanzó el operativo para incautar la droga.
Nava indicó que, en particular, les interesaba asegurar el control del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que era el principal punto de entrada de la cocaína que traían de Colombia, Venezuela, Ecuador y a veces Bolivia.