La obesidad no solo afecta la estética y la movilidad, sino que se ha revelado como un factor de riesgo para el desarrollo de hasta 13 tipos diferentes de cáncer, según la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV).
Esta advertencia, respaldada por expertos de la Clínica de Prevención del Cáncer (CPC) de la SAV, destaca la importancia de adoptar un estilo de vida saludable para combatir esta preocupante conexión entre la obesidad y las enfermedades oncológicas.
La licenciada Ana Sojo, nutricionista de la CPC, describe la obesidad como una enfermedad crónica y compleja, caracterizada por una "acumulación anormal y excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud". La vinculación directa de la obesidad con 13 tipos de cáncer, incluyendo cáncer de mama, colon, útero, riñones y páncreas, subraya la necesidad de abordar esta condición de manera integral.
Sojo explica que varios factores contribuyen al aumento del riesgo de 13 tipos de cáncer en personas obesas, como los elevados niveles de insulina, que pueden promover la aparición de cáncer de colon, próstata y endometrio, entre otros. Además, la inflamación crónica derivada del tejido adiposo genera altos niveles de estrógenos, vinculados con el cáncer de mama, ovario y endometrio.
La obesidad no solo se asocia con riesgos oncológicos, sino que también ha sido vinculada con el desarrollo de enfermedades como la diabetes y afecciones cardiovasculares. Es crucial, por lo tanto, adoptar medidas preventivas para reducir la probabilidad de padecer estas condiciones.
La licenciada Sojo destaca la importancia de mantener un peso saludable, definido por un Índice de Masa Corporal (IMC) adecuado. Tanto en niños como en adultos, se considera que un peso es saludable si el IMC se encuentra dentro de rangos específicos, pero Sojo enfatiza que cada individuo es único y puede requerir una evaluación personalizada.
En el caso de los adultos, un IMC entre 18,5 y 24,9 se considera saludable, aunque factores como la altura, género, composición corporal y estilo de vida deben ser considerados para una evaluación más precisa.
La licenciada Sojo concluye destacando que más allá de un número en la balanza, lo esencial es mantener un estilo de vida saludable y equilibrado para prevenir no solo la obesidad, sino también sus potenciales consecuencias, incluyendo el riesgo de cáncer.