Los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias autoinmunitarias predominantemente en remisión o con baja actividad de la enfermedad pueden someterse con seguridad a procedimientos de medicina estética, según se señala en un estudio de cohortes polaco publicado en la revista Rheumatology International.
Aproximadamente 1 de cada 7 pacientes sufrió algún efecto adverso, pero todos ellos fueron reacciones leves y transitorias en el lugar de la intervención.
Antecedentes y/o implicaciones
"Recomendamos una consulta individual con el reumatólogo antes de un procedimiento de medicina estética", afirman los investigadores, que ofrecen una lista de temas a tratar. "El procedimiento de medicina estética debe planificarse para realizarse durante la remisión o un periodo de baja actividad de la enfermedad. Los pacientes sometidos a tratamiento inmunosupresor necesitan una atención especial para evitar infecciones de la herida."
Los investigadores realizaron un estudio de cohortes transversal y unicéntrico, administrando un cuestionario semiestructurado y anónimo a 497 pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias autoinmunitarias.
Los análisis se centraron en los 47 pacientes que se habían sometido a un procedimiento estético desde su diagnóstico. Lo más frecuente era que se hubieran sometido a tatuajes (46,8 %) o piercings (34,0 %) y, con menor frecuencia, a inyecciones de ácido hialurónico (14,9 %), procedimientos con láser (12,8 %), inyecciones de toxina botulínica (10,6 %), cirugía plástica (8,5 %), mesoterapia (6,4 %) u otros procedimientos (6,4 %).
Menos de la mitad de los pacientes sometidos a un procedimiento estético (44,7 %) consultaron a un médico antes de la intervención.
La mayor parte se sometió a la intervención cuando la enfermedad reumática estaba en remisión o en un estado de baja actividad (66 %). Sin embargo, algunos tenían una actividad moderada (25,5 %) y unos pocos una actividad elevada (8,5 %).
Los pacientes declararon que alguien les informó sobre los riesgos asociados al procedimiento estético, aunque no en todos los casos: el 63,0 % recordaba haber recibido dicha información.
El 70,2 % de los pacientes recibían tratamiento para su enfermedad reumática en el momento de la intervención estética, en la mayoría de los casos un inhibidor del factor de necrosis tumoral solo (45 %) o combinado con un fármaco antirreumático modificador de la enfermedad típico (6 %).
En general, el 15 % de los pacientes notificaron efectos adversos tras los procedimientos consistentes en edema, dolor, eritema y hematomas. Todos los efectos adversos fueron reacciones leves y transitorias en el lugar de la intervención, aunque aproximadamente la mitad de los pacientes afectados solicitaron consulta médica.