En un ensayo realizado en pacientes con trastorno bipolar I que habían alcanzado la remisión de un episodio depresivo tratado recientemente se mostró que continuar el tratamiento antidepresivo con escitalopram o bupropión XL durante 52 semanas no aportaba ningún beneficio en términos de tiempo hasta la recaída en comparación con el tratamiento continuado durante solo 8 semanas, considerando todos los trastornos del estado de ánimo juntos.
Los episodios depresivos son frecuentes en las personas que padecen trastorno bipolar I y tienden a repetirse. En la práctica, al 80 % de los pacientes se les prescribe una prolongación de su tratamiento antidepresivo durante al menos 6 meses tras la remisión del episodio depresivo anterior. Sin embargo, en pocos estudios se han evaluado la eficacia y la seguridad de los antidepresivos como tratamiento de fondo para limitar la recurrencia de los trastornos del estado de ánimo.
Un equipo canadiense llevó a cabo un ensayo controlado aleatorizado multicéntrico en pacientes con trastorno bipolar I en remisión reciente tras un episodio depresivo. Su objetivo era evaluar el efecto de continuar el tratamiento con escitalopram (10 a 30 mg/día) o bupropión XL (150 a 450 mg/día), además de un estabilizador del estado de ánimo y/o un antipsicótico de segunda generación, frente a la interrupción del tratamiento antidepresivo.
El criterio principal de valoración fue el tiempo transcurrido hasta la aparición de un episodio de trastorno del estado de ánimo: manía o hipomanía, depresión, conducta suicida, trastorno moderado del estado de ánimo, necesidad de tratamiento adicional u hospitalización por un nuevo episodio de trastorno del estado de ánimo o por un intento exitoso o suicidio.
En este ensayo, 209 pacientes con trastorno bipolar I recibieron tratamiento antidepresivo sin enmascaramiento. De los pacientes adultos que lograron la remisión de su episodio depresivo (n = 150 + 27 nuevos inscritos), 90 fueron asignados a un grupo que continuó el tratamiento antidepresivo durante 52 semanas (grupo de 52 semanas) y 87 se cambiaron a placebo en la semana 8 (grupo de 8 semanas). La mayoría de los participantes en el ensayo eran de origen asiático (87 %). La duración media del seguimiento fue de 40,5 semanas en el grupo con tratamiento durante 52 semanas y de 34 semanas en el grupo con tratamiento durante 8 semanas.
En la semana 52, el 31 % de los pacientes del grupo con tratamiento durante 52 semanas y el 46 % del grupo con tratamiento durante 8 semanas habían experimentado uno de los trastornos del estado de ánimo incluidos en el criterio principal de valoración. Las hazard ratio del tiempo transcurrido hasta la aparición del primer trastorno del estado de ánimo (todos los trastornos combinados) en el grupo con tratamiento durante 52 semanas frente al grupo con tratamiento durante 8 semanas fueron de 0,68 [0,43-1,10] (no significativo, p = 0,12). Y de 2,28 [0,86-6,08] para la manía o la hipomanía y de 0,43 [0,25-0,75] para la recurrencia de un episodio depresivo.
La incidencia de acontecimientos adversos fue similar en ambos grupos, con pocas interrupciones del tratamiento debidas a acontecimientos adversos.