La declaración pertenece a la mujer que logró cerrar el infame sitio de videochat.
Hablando por primera vez desde que la plataforma quedó fuera de línea, "Alice" o "A.M.", como se la conoce en documentos judiciales, le explicó a la BBC que reclamó el cierre del sitio web como parte de un acuerdo extrajudicial con sus propietarios.
Alice (no es su nombre real) afirmó que se siente "validada" por la "efusión de gratitud" que ha recibido.
La mujer pasó años luchando para obtener una compensación, después de haber sido emparejada aleatoriamente con un pedófilo que la convirtió en su esclava sexual digital.
Desde el principio
Alice presentó su innovadora demanda en 2021, cuando su abusador, un padre de dos hijos llamado Ryan Fordyce, fue sentenciado a ocho años de prisión en Canadá.
Fordyce había recopilado 220 imágenes y vídeos de Alice desde que ella tenía 11 años, en los cuales ella fue forzada a realizar actos sexuales durante los tres años que duró el abuso. El sujeto hizo lo mismo con otras cinco chicas, tres de las cuales conoció en Omegle.
"Él fue capaz de manipularme de inmediato, y muy rápidamente me obligó a hacer cosas que una niña no debería hacer", dijo durante una entrevista en Nueva York el año pasado para un documental de la BBC sobre Omegle.
A lo largo de su batalla legal, Alice dijo que quería llevar la demanda a un juicio con jurado, del cual esperaba obtener US$ 22 millones en compensación.
Sin embargo, ahora afirma que llegar a un acuerdo extrajudicial, por una suma no revelada, a principios de este mes fue mejor para ella y para otras víctimas.
"Cerrar el sitio era algo que no podría haber logrado en los tribunales, así que tuve que adaptar el resultado", explicó.
"Lograr todo lo que pudimos en el tribunal y luego obtener este resultado ahora -probablemente años antes de que hubiéramos podido llegar a un veredicto de un jurado- es algo de lo que nunca dejaré de estar orgullosa", agregó.
Una página web notoria
Omegle fue lanzado en 2009 por Leif Brooks, quien entonces tenía 18 años. Su página web dio a los usuarios la oportunidad de "hablar con extraños" emparejando personas para chat de video.
La plataforma tenía alrededor de 73 millones de visitantes al mes, según analistas de Semrush, y la mayoría procedían de India, Estados Unidos, Reino Unido, México y Australia.
En Omegle no había verificación de edad y poca moderación, por lo que se ganó la reputación de ser un lugar para encuentros salvajes y, a veces, sexuales en línea.
Después de años de denuncias, Brooks añadió una advertencia a la página de inicio que decía que "los depredadores utilizan este sitio", pero no se realizaron otros cambios notables.
La popularidad de Omegle aumentó en 2020, durante los confinamientos impuestos por la pandemia del covid-19; y fue objeto de una investigación de la BBC que reveló que niños prepúberes se tocaban frente a extraños.
Otros informes de la BBC mostraron que los usuarios fueron grabados realizando actos sexuales, y los depredadores usaron las imágenes para obligarlos a realizar otras actividades.
En los últimos dos años, el sitio fue mencionado en más de 50 casos contra pedófilos y los llamados de organizaciones de protección infantil como la Internet Watch Foundation (IWF) y Naciones Unidas fueron ignorados.
Una semana después de que Leif Brooks cerrara su página con una larga declaración, añadió una frase al final: "Agradezco a A.M. (Alice) por abrirme los ojos sobre el costo humano de Omegle".
Las palabras formaban parte del acuerdo de conciliación con Alice.
A pesar de la victoria, Alice descartó recuperar su vida normal. Sin embargo, está agradecida de que "Omegle no esté en mi mente desde el amanecer hasta la noche".
"Siempre estaré orgullosa de haber logrado lo que he logrado", remató.
El equipo legal de Omegle fracasó en sus intentos para que se desestimara el caso. En su declaración, Brooks alertó que el cierre de su sitio de videochat era un ataque a la libertad en internet.
Un precedente histórico
El caso de Alice es un hito legal, ya que la mayoría de las demandas sobre redes sociales en EE.UU. se desestiman en virtud de una ley de protección general llamada Sección 230, que exime a las empresas de ser demandadas por cosas que los usuarios hacen en sus plataformas.
Los abogados de Alice utilizaron un nuevo ángulo llamado demanda por responsabilidad del producto, argumentando que el sitio tenía defectos de diseño.
"Este fue el primer caso en el que se pudo responsabilizar a la plataforma por el daño de un usuario a otro y eso se debe en gran medida a nuestro argumento de que el diseño del producto hizo que el tipo de daño fuera previsible", explicó la abogada Carrie Goldberg, quien dirigió el caso junto a Naomi Leeds y Barb Long.
Los casos de responsabilidad por productos defectuosos son una tendencia creciente, con docenas de demandas similares iniciadas el año pasado contra plataformas como Instagram y Snapchat.
Ningún caso de responsabilidad de producto relacionado con una red social ha llegado a juicio, pero la demanda de Alice contra Omegle estuvo muy cerca, antes de que se llegara a un acuerdo.
La trata de niños
El caso de Alice también sienta un nuevo precedente en la legislación estadounidense, al responsabilizar a una red social de un incidente de trata de niños.
"Argumentamos que no deberíamos tener que demostrar que Omegle sabía de antemano sobre este depredador específico. En cambio, debería ser suficiente que conocieran y se beneficiaran financieramente de la ubicuidad del delito en su plataforma. El tribunal estuvo de acuerdo con nuestro argumento", afirmó Goldberg.
En febrero, la Internet Watch Foundation (IWF), la cual se dedica a eliminar contenidos de abuso sexual infantil de internet, dijo a la BBC que sus analistas manejan alrededor de 20 vídeos de Omegle por semana.
La agrupación dijo acoger con satisfacción el fin de lo que llaman un "sitio web peligroso".
"Los depredadores utilizaron Omegle para contactar a niños y abusar de ellos y vimos a delincuentes discutiendo entre ellos el uso del sitio, viéndolo como un coto de caza", afirmó Susie Hargreaves, directora ejecutiva de la IWF.
"A pesar de nuestros esfuerzos por llegar a ellos, Omegle no aprovechó la oportunidad de trabajar con nosotros para abordar estos temas", se quejó la activista.