Cuando inició la pandemia de Covid-19, muchas personas tomaron el hábito de lavar y desinfectar las latas que traían del supermercado, ya que el virus podría alojarse en ellas e infectar a quien entrara en contacto con las latas. Pero ahora, con el fin de la emergencia sanitaria, ¿sigues desinfectado las latas? Si es así, felicidades, de lo contrario, esta información te interesa.
De acuerdo con un video que se ha vuelto viral en redes sociales, en las latas que se adquieren en el supermercado, se alojan bacterias que, sin darte cuenta, tomas al momento en que tu boca entra en contacto con el envase.
Debes saber que estas bacterias pueden alojarse en cualquier lata u otra superficie que protege a los alimentos. Un reciente estudio llevado a cabo por un consumidor preocupado ha arrojado luz sobre la presencia de bacterias en las latas de refresco.
Este estudio ha generado interrogantes sobre la eficacia de la limpieza habitual. En un video que se ha vuelto viral, se muestra cómo se realizaron pruebas de cultivo bacteriano en diferentes latas de refresco, revelando resultados sorprendentes.
Las muestras se obtuvieron de la parte superior de las latas, utilizando hisopos para recolectar las bacterias presentes. La primera muestra, sin limpiar, exhibió una proliferación significativa de microorganismos. En cambio, la segunda, simplemente limpiada con el suéter del individuo, mostró una reducción considerable en la cantidad de bacterias, pero no una eliminación completa.
El estudio también comparó la efectividad de la limpieza con una servilleta y con alcohol etílico al 70%. Las muestras de latas limpiadas con estos métodos presentaron una menor cantidad de bacterias, aunque no se eliminaron por completo. La incubación a 28°C reveló que, incluso después de la limpieza, algunas bacterias lograron sobrevivir.
Entonces, ¿es seguro beber directamente de una lata de refresco limpiada? Los expertos en manejo de alimentos sugieren precaución. Aunque la presencia de bacterias después de la limpieza es mínima, se aconseja verter el contenido en un vaso antes de consumirlo. Esto reduce aún más el riesgo de ingerir bacterias que podrían causar malestar.
Aunque no se puede eliminar completamente la presencia de bacterias, medidas simples, como verter la bebida en un vaso, pueden reducir aún más los riesgos asociados con el consumo de refrescos y cervezas enlatados.
La investigación sigue generando debate sobre las prácticas de higiene en el manejo de productos envasados y cómo estas afectan nuestra percepción de la seguridad alimentaria.