Hospitales de todo el país trabajaron el año pasado contra las temporadas de enfermedades superpuestas de SARS-CoV-2, virus respiratorio sincitial (VRS) y el virus de influenza, que conformaron una "tripledemia". Tanto los médicos como los pacientes sufrieron la presión de la escasez de recursos y personal. Esto llevó a que muchos médicos sopesaran la sensatez y las consecuencias de ir a trabajar aunque estuvieran enfermos.
Este año también se cierne la amenaza de una triple epidemia y muchas clínicas, hospitales y consultorios médicos siguen escasos de personal, lo que hace que los médicos se debatan sobre su forma de trabajar cuando están enfermos. Algunos tienen la filosofía de quedarse en casa mientras están enfermos para evitar cualquier posible propagación, mientras que otros sienten la necesidad de acudir en la mayoría de las circunstancias. Las decisiones suelen estar relacionadas con el lugar de trabajo o de qué servicio se trate.
"Como exmédica de urgencias, no importaba si tenía gripe con vómito, tenía que ir a trabajar", recuerda la Dra. Danielle Kelvas, CEO y fundadora de DKMD Consulting, con sede en Chattanooga, Estados Unidos. "Rara vez hay alguien disponible para reemplazarte, dependiendo de lo grande que sea tu grupo o práctica".
El Dr. Benjamin Jack es médico de urgencias y fundador y director general de Duration Health, en Nueva York, Estados Unidos. Él también acude a trabajar cuando está enfermo si es físicamente capaz. "Como médico de urgencias, tiendo a esperar a que pasen las enfermedades leves porque normalmente puedo saber si el problema es grave", reflexionó. "La mayoría de las afecciones leves mejoran sin intervención. Cuando es necesario, utilizo mis conocimientos médicos para autotratarme o consulto a un colega si se trata de algo fuera de mi área. Para cualquier cosa más compleja busco la atención de otro médico".
Por el contrario, el Dr. Robert Miller, médico especializado en medicina interna de Vista Staffing, considera prioritario quedarse en casa cuando se está enfermo. "Cuidar de los demás empieza por cuidarme a mí mismo", destacó. "Lo tengo siempre presente. Y lo hago extensivo a mis compañeros, porque su salud también importa".
Se trata de un dilema al que todos los médicos se enfrentan en un momento u otro, y la forma de abordarlo dependerá de los reglamentos del empleador, de la filosofía personal y, en el panorama asistencial actual, también de si el centro cuenta o no con todo el personal necesario.
Sentir la presión
Sin duda, la pandemia de COVID-19 ejerció una presión sobre los médicos como nunca. Con los hospitales desbordados y los compañeros ausentes del trabajo por enfermedad, muchos médicos sintieron que no tenían más remedio que presentarse a trabajar si se sentían físicamente capaces. Antes, sin embargo, los médicos se seguían enfermando de otros padecimientos y tenían que decidir cuándo acudir o si se quedaban de brazos cruzados.
En un artículo de JAMA de 2015, que analiza las razones por las que los médicos trabajan estando enfermos, se exploró el porqué. Los investigadores realizaron un análisis de métodos mixtos de una encuesta transversal y anónima en un gran hospital pediátrico de Filadelfia. Casi 460 médicos y otros profesionales asistenciales respondieron a las preguntas planteadas.[1]