La economía de los jefes de familia se ve golpeada cada que llega la temporada de desfiles debido a las exigencias escolares.
Un gasto en los bolsillos es el que representa para algunos padres tener que caracterizar a sus hijos con eventos alusivos al Día de la Revolución cada 20 de noviembre. Aunque no quieran o no lo tengan previsto en los planteles educativos, les avisan que deben participar en bailables, desfiles o simplemente vestirse alusivamente a la fecha.
Los precios para adquirir un disfraz de este tipo varían, siendo los más económicos desde 300 hasta 550, algunos más elaborados, como en el caso de las niñas con una vestimenta de un charro. Esto, de acuerdo a algunos comercios ubicados en el primer cuadro de la ciudad.
Costos. Las carrilleras son de lo más solicitado para esta fecha y en la zona centro llegan a valer de 50 a 70 pesos. Sin embargo, en algunos sitios pueden ser de 80 debido a que cuentan con mayores detalles, broches o mayor tamaño. Por otro lado, en el caso de las niñas, las faldas largas floreadas y coloridas son lo más requerido, y comprarlas puede variar de 250 pesos en adelante. Aunque, cuando algunos padres corren con suerte, las encuentran hasta en 200.
A ello le suman la blusa blanca para complementar y, mínimo, son otros 100 o 150 pesos más. Agregándole lo de las carrilleras y los rebosos de otros 100 pesos, en total, el costo promedio para vestir a una niña en el desfile sería de 600 pesos, incluyendo los accesorios.
En el caso de los niños, el vestuario más solicitado es el de Francisco Villa y Venustiano Carranza, con un costo de 350 pesos, y añadiéndole otros 50 o 70 pesos de las carrilleras y 20 de unos bigotes falsos, siendo su disfraz más económico de aproximadamente 420 pesos. Aunque algunos que desean algo más elaborado añaden el sombrero charro con valor promedio de 250 o uno de Francisco Villa desde 100 pesos.
Comerciantes. Luz Elena, vendedora sobre la calle Hidalgo, dijo que en sus precios un vestuario completo para niñas es de 350 y para niños igual. Solo que los costos de sombreros, rebosos, bigotes o carrilleras son aparte, pero buscan la manera de adaptarse a las posibilidades de los clientes para que se lleven las prendas y ambos salgan beneficiados. Agregó que los padres suelen buscar lo más económico, pero el chiste es cumplir, por ello buscan la manera de comprar lo que esté en sus posibilidades.
Tutores. A voz de la ciudadanía, algunos padres de familia compartieron sus experiencias. Por ejemplo, la señora Guadalupe compartió que su niña participó en un festival y por eso le compró un conjunto que incluía la falda y blusa por lo que gastó 350 pesos y el resto del vestuario ya lo tenía de años pasados, por lo que no gastaría más. "A ella le gusta salir en los festivales y eso les ayuda para que aprendan", finalizó.
Mientras que Gabriela López indicó que, en su caso, compró una falda de 200 pesos para su niña de 9 años, ya que participará en el desfile del próximo lunes.
"Me salió muy barata en el centro porque era la última, pero yo sí pensé que no iba a bajar de 300", añadió.
"Es un gasto que a veces no tienes contemplado más como están las cosas ahorita, pero uno como papá no quiere que su hijo no cumpla o que se sienta diferente a los demás. Por eso les tenemos que comprar o llevar lo que necesiten", mencionó Laura Gaytán.
Pese a ser un gasto no contemplado, los padres de familia dejaron claro cómo es difícil, en ocasiones, cumplir con estas actividades escolares. Sin embargo, encuentran la manera para que sus hijos participen y no se sientan diferentes o discriminados por no vestirse como los demás, ya que, en algunas ocasiones, en los mismos planteles son señalados.