En un esfuerzo constante por combatir la evolución del virus de la COVID-19, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha dado luz verde a la actualización de las vacunas, incorporando tanto la cepa vírica original como la subvariante BA.4/BA.5 ómicron.
Esta nueva formulación, aprobada en 2022, se presenta como un avance crucial en la lucha contra la pandemia.
La FDA ha ampliado la autorización para el uso de estas vacunas actualizadas, que incluyen las cepas originales y ómicron BA.4/BA.5, a partir de los 6 años de edad. Esta autorización se extiende especialmente a individuos de alto riesgo, como aquellos que presentan comorbilidades.
La lista de comorbilidades incluye condiciones como obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, cáncer y VIH.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda la utilización de estas vacunas actualizadas en todos los grupos de población, subrayando su importancia en individuos de alto riesgo, como adultos mayores, personas con enfermedades subyacentes e inmunodeficiencia, niños a partir de 6 meses y mujeres embarazadas.
Lo destacado de estas vacunas actualizadas es su capacidad para proporcionar una respuesta de anticuerpos cinco veces mayor en comparación con una dosis de refuerzo de la vacuna original. Se trata de productos biológicos altamente eficaces que ofrecen una respuesta inmunitaria robusta tanto en personas de alto riesgo como en aquellas con menor riesgo frente a las cepas de circulación más reciente.
En el caso específico de la vacuna Moderna actualizada contra la COVID-19, la FDA ha establecido pautas claras para su administración.
A los bebés de 6 meses a niños de 5 años no vacunados se les administran 2 dosis con un intervalo de 1 mes entre ellas. Para niños que ya han recibido dos dosis de Moderna, se recomienda una dosis de refuerzo 2 meses después de la última administración.
En individuos inmunodeprimidos de 6 meses a 5 años de edad, que hayan recibido dos dosis, se administrará la vacuna 1 mes después de la última dosis. Asimismo, en individuos de 6 años en adelante, se les administrará una dosis de refuerzo 2 meses después de la última dosis.
Estas actualizaciones representan un paso significativo en la adaptación de la respuesta sanitaria a la evolución del virus, brindando una protección más sólida y extendida a la población en general. La colaboración internacional y la continua vigilancia son esenciales para garantizar una respuesta efectiva y rápida a los desafíos que presenta la pandemia.