La actriz reflexiona sobre la violencia de género y la realidad femenina en el país, y destaca la importancia de un abordaje directo de estos temas, como en la serie que protagoniza
La actriz Erika de la Rosa cree que seguir siendo mujer en este país es difícil, abarcando todo lo que ello implica, desde la maternidad y la profesión hasta la libertad de salir a la calle y volver seguras a casa, debido a que aún se vive en un mundo creado para los hombres.“Sin afán de culpar a nadie o ser agresora de un sector, esto es una realidad: vivimos en un mundo de hombres, y las mujeres estamos tratando todavía el día de hoy de lograr respeto y equidad. A pesar de que contamos con muchos derechos, seguimos batallando con muchas cosas”, dice De la Rosa.
Consciente del contexto social en el que vive en el país, la actriz reconoce que es una mujer privilegiada. Tiene ventajas como un esposo que la apoya en su carrera y la posibilidad de pedir ayuda para el cuidado de sus hijos mientras trabaja, lo que le permite ser tanto madre como profesionista. Pero valora la oportunidad de invitar a la reflexión desde su trinchera, al trabajar en una serie como Pacto de Sangre, que se estrenó el viernes en ViX.“Retratamos un poco a la sociedad mexicana y lo que está sucediendo en cuanto a la violencia contra las mujeres. Si bien este es uno de los temas que se abordan en la serie, también hay otros que se tocan con algo humor, porque vamos saltando del melodrama al suspenso y a otros géneros”, detalla.
Pacto de sangre, a lo largo de sus 10 capítulos, narra la historia de Benjamín (Alejandro Nones), Marco (Luis Ernesto Franco), Rubén (Flavio Medina) y Gabriel (Marco de la O). Estos personajes han mantenido su amistad durante muchos años, a pesar de sus diferencias.
Sin embargo, la trágica muerte de una bailarina en la despedida de soltero de Rubén cambiará sus destinos, oscilando entre la culpa y el miedo a perder las vidas que han construido.